Cuando en enero pasado, un grupo de tunecinos se plantaron en las calles para protestar contra el régimen de Ben Alí y lo tumbaron en cuestión de días, los analistas fueron primero a mirar dónde quedaba Túnez. Luego, opinaron: que si los fundamentalistas, que si los servicios secretos norteamericanos, que si licenciados en paro, que si Irán… Tantas eran las teorías, que seguro que alguna acertaba.
Ni siquiera el departamento de Asuntos Exteriores de EEUU tenía claro qué postura adoptar. Primero, los portavoces de EEUU pidieron paz y no violencia. Luego, exigieron democracia y al final acabaron apoyando a los rebeldes.
Cuando la rebelión estalló en Egipto, salió a relucir Al Qaeda, los islamistas radicales, Google, los servicios secretos iraníes y quién sabe.
Y en Siria, y Jordania, y Yemen lo mismo. ¿Quién estaba detrás de estas movidas?
Si uno se ríe de la teoría de una conspiración secreta, siempre queda como tonto. Por el contrario, decir que detrás de estas rebeliones hay un montón de gente que está harta de no tener un futuro claro, de soportar el paro o la precariedad, es como decir, es como demostrar en público que uno no sabe interpretar los designios secretos de las masas. Siempre hay una mano negra.
Pues a lo mejor son las masas las que están moviendo esto porque no se ve un claro grupo político. ¿Existen esos grupos detrás de las acampadas de la Puerta del Sol? Seguro; pero en el momento en que asomen la patita pueden pasar dos cosas: o que los echen (como echan a los trolls de las redes sociales), o que la gente abandone la movida.
Durante mucho tiempo, los que teníamos trabajo, una vida asegurada y un pasado idealizado que empezaba con la frase “hijo, yo a tu edad….”, hemos echado en cara que la gente joven no se movilizaba. “Si les quitan el empleo, no se manifiestan; si les quitas el adsl, te montan un pollo”, me dijo un padre.
Bien: ahí está la manifestación que tanto queríamos. ¿Y ahora les vamos a criticar? Los que han estado en las acampadas (yo estuve dos noches en la de Madrid) y se hayan pateado la rebelión preguntando a la gente, habrán visto varias cosas:
-No hay unos líderes claros.
-El denominador común es protestar contra la falta de futuro, incluyendo que no tendrán trabajo ni vivienda.
-Hay consignas sobre todo contra los dos partidos principales: PP y PSOE.
-Hay gritos de rabia contra los bancos.
-La inmensa mayoría quiere estar allí porque ven una acampada pacífica y apolítica.
-La inmensa mayorías son jóvenes, probablemente universitarios.
-Cualquier persona puede meterse en el núcleo de la organización y poner en marcha una idea, ayuda, colaboración, o protesta.
-Los grupos de izquierda están siendo muy activos en la organización, pero no manifiestan abiertamente su ideología porque serían ‘baneados‘.
Los analistas de los medios conservadores o progresistas han interpretado esta acampada tratando de complacer a sus lectores. No tratan de explicar lo que pasa allí en la Puerta del Sol porque siguen sentados en sus ordenadores, en sus oficinas, en sus edificios de moqueta y aire acondicionado.
Los que acampan en las plazas públicas sencillamente quieren protestar. Esa es la respuesta. Es un grupo de gente que está harta hasta de los que se pasan el día interpretando las noticias para ellos.
(Mi Twitter es @ojomagico )