A Lula da Silva aún le quedan tres meses en el poder, pero ya forma parte de la Historia con mayúsculas. De niño limpiabotas a presidente de su país pasando por líder sindical, las reformas que ha impulsado este hombre han colocado a Brasil entre las grandes potencias emergentes del mundo.
Probablemente se perpetúe en el gobierno brasileño a través de su sucesora Dilma Roussef, favorita para las elecciones de este domingo (aunque las encuestas le conceden ahora un margen menor frente a su rival socialdemócrata, José Serra). Pero el presidente de Brasil,Luiz Inácio Lula da Silva, ya ha dejado marcado para siempre al país carioca.
Es cierto que en los últimos meses se ha ganado voces en contra por apoyar a Mahmud Ahmadineyad en su producción de energía nuclear. Tampoco sentó muy bien que llevara la contraria a la mayoría de países latinoamericanos en la aceptación del nuevo gobierno de Honduras tras el golpe de Estado contra el pro chavista Manuel Zelaya.
Protagonizó su última polémica hace unos días. No le sentaron bien las informaciones sobre un escándalo de corrupción de una estrecha colaboradora y contraatacó diciendo que algunos medios de comunicación "son una vergüenza", pues "se comportan como un partido político" pero "no se animan a decirlo". Los editoriales parándole los pies no se hicieron esperar.
Pero sus logros personales, sociales y económicos son innegables.
De limpiabotas a presidente
Nació hace casi 75 años en la pequeña localidad de Garanhuns (27.10.1945, Pernambuco, Brasil) en una familia numerosa y pobre y con un padre alcohólico. Tuvo que ponerse a trabajar a los doce años en una tintorería, también fue limpiabotas y aprendió a leer tarde.
Pero parecía hecho para el liderazgo. A los 30 años ya era el máximo representante de un sindicato metalúrgico. No le importó plantar cara al régimen militar que reinaba por aquel entonces en Brasil. Incluso pasó un mes en prisión por unas protestas sindicales.
Eso no le bastó y unos años más tarde fundó el Partido de los Trabajadores (PT), el que le llevaría a la presidencia en 2003.
Millones de puestos de trabajo
Ahora lleva ocho años en el poder. Gracias a Lula, Brasil ha salido bien parado de la crisis económica mundial. Todos los analistas destacan el fuerte crecimiento económico de los últimos años en el Estado carioca. Con medidas como exenciones fiscales consiguió reflotar la venta de automóviles (la industria del motor es una de las mayores del país) y electrodomésticos cuando el mercado iba a pique.
Un informe del Instituto de Investigación Económica Aplicada de 2009 asegura que cerca de4 millones de brasileños han dejado de ser pobres en los últimos siete años. Además, la desigualdad social se ha reducido más del 4% en el primer semestre a pesar de la crisis.
Las cifras oficiales son aún más contundentes: 28 millones de personas han salido de la miseria y se han creado 14 millones de puestos de trabajo durante el gobierno de Lula da Silva.
Nueva potencia mundial
Si antes era Brasil quien recibía préstamos de los organismos internacionales, ahora es Brasil la que pone el dinero sobre la mesa para el Fondo Monetario Internacional. Lula ha querido ser uno de los impulsores en la lucha contra el cambio climático y la pobreza.
Hasta Barack Obama quiso contar con él en la cumbre del clima de Copenhague, donde le incluyó entre sus nuevos contactos de las potencias emergentes, junto a China e India.
La revista TIME ha colocado este año a Lula entre los 25 líderes más influyentes del mundo. The Financial Times le ha incluido entre las 50 personalidades que más han influido la primera década del siglo XXI, mientras que el diario francés Le Monde y el periódico El País le definieron como personaje del año en 2009.
Levanta pasiones
Las últimas encuestas le conceden hasta un 80 por ciento de popularidad y su sucesora, Dilma Roussef, tiene todas las de ganar las próximas elecciones presidenciales de Brasil (hoy se cierra la campaña con un debate televisado) solo por ser la candidata de Lula.
Lula incluso podría estar en la próxima entrega de los Óscar. La película que representará a Brasil este año en los galardones de Hollywood es "Lula, o filho de Brasil" ("Lula, el hijo de Brasil"), un retrato de la vida del presidente carioca seleccionada entre 23 producciones.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lloró durante una entrevista en la cadena estatal brasileña Record TV cuando habló su próxima salida del Gobierno, después de ocho años en el cargo. El jefe de Estado dejará la Presidencia en enero de 2011, cuando Roussef o Serra pasen a relevarle en el cargo.
A pesar de esa melancolía el presidente carioca ya ha anunciado que está deseando “volver a ser un ciudadano normal”, ir a pescar, a tomar algo en un bar y a jalear al equipo Corinthians de fútbol. Pero teniendo en cuenta sus índices de popularidad y sus logros sociales y económicos, este hombre de ideas fijas nunca podrá volver a ser uno más.