Siempre ha sido mi opinion la de que "LOS POLITICOS se llevan el merito de los resultados economicos" , o sea se llevan el MERITO cuando las cosas van bien y la verdad es que EL MERITO ES , simplemente , de "QUE TOCABA" ....
Por ello lo mejor que deben hacer es:
"NO HACER NADA".
Lo mismo pasa cuando las cosas van mal , lo que suelen hacer es (... como se decia cuando era yo niño ...) "JODER LA MARRANA".
En este momento (para mi el mas grave de los que he conocido) estamos sufriendo las consecuencias DE LO QUE HICIERON , cuando las cosas marchaban bien y tambien las consecuencias de las medidas que tomaraon cuando las cosas ivan mal....
Porque tanto unas como otras
FUERON SIEMPRE PARCHES
... utilizando un refran español ..
PAN PARA HOY Y HAMBRE PARA MAÑANA".
Parches que solo tenian una finalidad :
¡¡ MANTENERLES EN EL PODER. !!
OTRA NOTA : No es que yo este por la labor de "NO HACER NADA" , hay un refran muy español que refleja mi pensamiento ....
"El Maestro Ciruela , que no sabia leer y pone escuela" ... y la cancion de
"¡¡MANOLETE ...MANOLETE ... si no sabes torear "paque te metes !! "
Crisis de gobierno, Leire Pajín es la clave
El gabinete suicida
Una de las frases que más ha llamado la atención de la remodelación realizada por el presidente Zapatero, es que se ha hecho para “explicar con claridad qué es lo que estamos haciendo”.
Eso dijo el presidente: las reformas económicas y sociales que no han gustado, hay que explicarlas mejor porque el país se está recuperando económicamente. Entonces, ¿es que el gobierno piensa que el problema de ahora no es económico sino un problema de comunicación?
Según la encuestas del CIS, el 72% de los españoles cree que el año que viene las cosas estarán peor o igual que este año desde el punto de vista económico. Según las previsiones de los organismos nacionales e internacionales, no levantaremos cabeza hasta el 2012 o 2013 como muy pronto. Según los datos del Banco de España, el INE y Funcas, la economía está muy mal. Y el año que viene no mejorará mucho.
Nadie le ha dicho al presidente que no es un problema de comunicación. Es de estrategia y de retraso. Hace dos años debió enterarse el presidente de que había una seria crisis económica, y debió de poner en marcha una estrategia de choque. No lo hizo. El ministro de Economía de entonces, Pedro Solbes, tenía un plan. Pero como no gustó al presidente, lo apartó del cargo.
Si quiere pruebas, ahí delante está el terrible viernes. Gran mala noticia. El viernes 29 de octubre, el nuevo ministro de Trabajo se enfrenta a su primera gran mala noticia: salen los resultados del paro EPA. El paro EPA es una encuesta que se realiza entre 60.000 hogares y que se publica cada tres meses. El paro EPA está ahora en unos cuatro millones de personas. Previsiblemente, el viernes de la semana que viene, esos datos serán parecidos o peores, porque el trimestre, como reconoció el gobierno, no ha sido muy bueno.
El paro no va a bajar mucho en los próximos 16 meses, y va a ser el mayor dolor de cabeza del gobierno. Hoy es la mayor preocupación de los españoles. El equipo A del gobierno tendrá que hacer una campaña heroica en estos meses para que los electores no les castiguen. Una misión casi imposible.
Ahora, le quedan 16 meses al nuevo equipo para evitar una voladura controlada del gobierno, que va cuesta abajo en las encuestas.
¿Qué otras cosas pueden cambiar de aquí a la primavera de 2012, fecha de las elecciones? Desde el punto de vista económico, pocas.
El PP lo tendría que hacer muy mal para no ganar las próximas elecciones. Circulan chistes ya sobre Rajoy, recomendándole no abrir mucho la boca para ganar los comicios.
En el PP casi se están repartiendo los ministerios. Si uno se pone a analizar cuál va a ser la evolución del país, concluirá que en 2012, los grandes problemas económicos (los importantes, seamos claros) no estarán resueltos: quizá haya menos déficit, quizá la economía crezca ligeramente, quizá se empiece a recuperar la confianza…
Pero el paro no bajará mucho. Y quien se va a llevar las mieles de los escasos éxitos económico será el PP.
Por tanto, este gabinete es un gabinete suicida. Se han propuesto una misión casi imposible de cumplir: que los españoles crean de nuevo en un gobierno socialista en 2012. Los miembros de este gobierno se sacrificarán en el intento.
Post data:
Muchos medios se metieron con Elena Salgado, cuando fue nombrada ministra de Economía hace un año. Que si no estaba preparada, que si le venía grande el traje… Pues bien, es la única persona que sigue en pie en un ministerio desde 2004. Es verdad que ha pasado por tres ministerios, pero eso no demuestra su incompetencia. Sigue ahí. Y qué curioso, todos los analistas se han fijado en Rubalcaba, a quien dan todas las llaves del poder. Es un maestro de la imagen y la comunicación. Algunos le llaman Rasputín pero su tarea ahora será más bien la del príncipe Potemkim, aquel que llenó los caminos de Crimea con casas y árboles de cartón falsos para que la zarina pensara que su país nadaba en la abundancia.
Justo lo que quiere Zapatero para los próximos meses. Llenar de casas de cartón y arbolitos el país para que parezca que vamos bien. Quiere una campaña de comunicación. Un superministro de comunicación.
No, señor. El Ministerio más importante ahora, antes y en el futuro es el de Economía. El de Salgado. Lo otro es pirotecnia. Cherchez la femme.
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MIENTRAS TANTO, Carlos Sánchez
Demóstenes en Moncloa o cómo disfrazar la realidad sin que se note
La construcción de una realidad inventada es una vieja quimera de la acción política. Sobre todo en tiempo de adversidades. Algunos psicólogos recomiendan esta estrategia a sus clientes para ahuyentar una realidad agobiante que les supera y ahoga. Y en esta clave debe interpretarse laintensa remodelación del Gobierno.
Zapatero no puede cambiar la realidad, pero sí recurrir a la ficción. Por eso, intenta disfrazarla. Para hacer creer a la ciudadanía -‘Alfredo y Ramón hablan muy bien‘- que las cosas son distintas de lo que parece. En una palabra, se trata de construir la conciencia política sólo a partir de una realidad inventada. Gana Demóstenes pero sobre la tumba del discurso económico.
La mejor noticia que podría recibir el presidente del Gobierno sería que durante los próximos 18 meses, ningún organismo público o privado pusiera cifras a la realidad de las cosas. Pero como eso no es posible, no tiene más remedio que camuflar los datos. Y para eso quiere que se hable más de política y menos de economía.
Sólo por eso Zapatero ha metido en Moncloa a Rubalcaba y Jáuregui. No para preparar su salida y poner bandeja de plata a su sucesor, sino para utilizar el último cartucho que le queda. Convertir las elecciones generales del 2012 en una contienda exclusivamente ideológica (izquierda-derecha, lo público contra lo privado) capaz de sacar a Rajoy de su campo de juego favorito: la crisis económica, donde se mueve como pez en el agua gracias aesas malditas estadísticas.
Se trata de una estrategia sin duda inteligente, pero útil sólo a corto plazo. Y que desde luego no tiene nada que ver con la reivindicación de la política, una de las muletillas más manoseada por cierta inteligentzia. La economía es política, como no puede ser de otra manera y se encargaron de demostrar los maestros de la cosa.
Si antes Salgado era una mera subsecretaria de Zapatero, ahora apenas tendrá rango de directora general. Aplastada y hasta emparedada por los pesos pesados del socialismo español, su papel se antoja irrelevante más allá de cuadrar las cuentas públicas
Zapatero, sin embargo, sabe que la gravedad está ahí aunque se quiera negar. Y aunque intente camuflarla, cada familia conoce como nadie la verdad que aprieta.
Pero es, a la vez, una estrategia inteligente porque descoloca al adversario político y vacía de contenido su monótono y a veces cansino discurso de la catástrofe. Rajoy, por lo tanto,tiene motivos para preocuparse. Sobre todo si la estrategia del agit-prop saca del marasmo a los votantes socialistas, para lo cual es fundamental recuperar el diálogo con los sindicatos y sus bases electorales. Ahora distanciados tras la reforma laboral y el tijeretazo del gasto social.
Daños colaterales
Recobrar el papel hegemónico de la política frente a la economía tiene, sin embargo, daños colaterales. En particular para la vicepresidenta económica, que si antes era una mera subsecretaria de Zapatero, ahora apena tendrá rango de directora general. Aplastada y hasta emparedada por los pesos pesados del socialismo español, el papel de Salgado se antoja irrelevante más allá de cuadrar las cuentas públicas.
No se trata de una buena noticia en un contexto económico como el actual. Y aunque la vicepresidenta segunda maneje (con más pena que gloria) la comisión delegada de los jueves, lo cierto es que un día antes se reúne la comisión de subsecretarios, dirigida por su amigo -y principal mentor político- Alfredo Pérez Rubalcaba. Y es esta comisión la que fija la agenda de trabajo y, por lo tanto, la política de prioridades.
Desde luego que Salgado no ha ganado peso político. Todo lo contrario. Incluso pierde la oportunidad de ampliar sus competencias, lo que hubiera podido racionalizar la acción del ejecutivo.
Garmerdia y Sebastián seguirán sin rendir cuenta a la vicepresidenta económica y ni siquiera Salgado tendrá capacidad para influir en el Ministerio de la Vivienda, que regresa a Fomento. Y qué decir de Sanidad, un departamento clave en la política de gasto público. Pasa a manos de Leire Pajín, con hilo directo con el presidente.
Y hasta la nueva titular de Exteriores despachará con Zapatero sin pasar por la calle Alcalá, lo cual limita la gran reforma pendiente de la administración exterior española. Y que no es otra que convertir las embajadas en oficinas comerciales. Un viejo sueño que sigue durmiendo en el sueño de los justos.
El escaso peso político de la vicepresidencia económica no es un asunto baladí. Todo lo contrario. Es prácticamente la primera vez que ocurre desde 1977. Vicepresidentes económicos como Fuentes Quintana, Abril-Martorello Miguel Boyer tuvieron gran influencia en la cosa pública.
Y hasta Carlos Solchaga, -al que Alfonso Guerra paró los pies- tenía un importante peso político.
No es el caso de Salgado, cuyo papel tenderá a ser cada vez más irrelevante a medida que avance la legislatura. Una mala noticia. Gana la política pero sólo la ficción política.