Arcadi Espada (Barcelona, 1957)
Columnista de El Mundo y profesor de Periodismo en la Universidad Pompeu Fabra. El tema de este blog es su oficio y, más concretamente, el periódico donde escribe.
El periódico informa que ya no falta nadie por tutear al Presidente
"Estimado Arcadi:El señor Duarte se refiere a este párrafo de la columna de ayer de Raúl del Pozo:Como aldeano trasterrado, aunque ferviente admirador suyo, me rebelo ante su silencio. Sé que una columna de opinión es exactamente eso, la parte del periódico en la que los colaboradores dejan ir con mayor o menor fortuna sus particulares obsesiones y dejan entrever sus querencias sin más límites que los de la propia conciencia y, me imagino, una cierta coherencia con el proyecto editorial -que haberlo, lo hay. Es por esta última consideración, y atendiendo a su labor de desmenuzamiento cotidiano, y siendo como ha demostrado un debelador tanto de los nacionalismos como de otras inanidades intelectuales que sólo vienen a poner trabas al pensar libre y al criterio honesto, que me ha extrañado no tenga a bien referirse a la columna, por otro lado notable, de esa suerte de zorro plateado del periodismo español que es Raúl del Pozo. Impecable excepto en un punto. Me imagino que a usted, como a mí, la lengua catalana no le habrá servido, exclusivamente, para hablar con las gallinas. Es lengua de afectos y, también, de saberes. Algunos hay, de lo uno y de lo otro, perfectamente prescindibles. Pero otros, convendrá conmigo, no. Que el catalán se haya utilizado como ariete político e incluso como marcador de identidades... de acuerdo. Lamentablemente. No en el hecho de acordar en este punto, sino en el de que se haya y se esté haciendo. Pero no confundamos el culo con las témporas. Y es que zorros ha habido en todas partes. Algunos, en realidad, revelan en ocasiones que lo suyo no es otra cosa que ejercer a dentelladas, como las hienas y sin el savoir faire de los zorros, en la bolsa común, o en los valores culturales que debieran serlo, de compartidos. En fin, no quisiera distraerle más. Un saludo sin tuteos... que eso, como advirtieron Pla, Coromines y otros, fue, y es, puro falangismo.
Ben cordialment,"
"El nacionalismo ha destruido Europa dos veces y la aniquilará definitivamente. Serán los verdugos con los idiomas de hablarles a las gallinas, una manía de primates, dinamita verbal, tirón del bolso presupuestario."
El señor Del Pozo sabrá, y dirá, si le viene bien. Aprovecho para anunciar que el señor Del Pozo transcribe un impagable diálogo entre el Director y Carmen Rigalt. La señora Rigalt asegura que el periódico se está volviendo de derechas, y el Director le contesta:
--¿Y qué culpa tengo yo de que hayáis evolucionado?
Es una respuesta prodigiosa. En primer lugar porque sólo refleja la verdad. Y en segundo lugar porque el Director se acoge, como sólo puede hacerlo uno de su rango, al supremo dicterio de Flaubert:
La columna lleva el habitual dibujito de Ulises, que hoy (más New Yorker que nunca) me parece especialmente encantador.
Pero estaba hablando de las gallinas, y ahora voy a hacerlo de la maravillosa serendipity. Lo que más me interesó de la carta del amable corresponsal fue el tuteo. La carta llega hora de la medianoche pasada. Es probable que el lector ya conociera entonces el tuteo de Rajoy a Zapatero. Pero yo hago como que no y abro el correo pensando lo que voy a escribir sobre el insólito tuteo, y me encuentro el párrafo final de la carta de Don Duarte, y me doy cuenta de que el blog ya está escrito.
¡Agua (fresca) va!
"Cosas que me dan horror: los libros de lujo, el tuteo, la poligamia ejercida simultáneamente, los paisajes sin árboles, los vinos espumosos (incluido el champán francés), los poetas de los Juegos Florales, el patriotismo local, la franqueza, los japoneses, los curas bien vestidos, los pederastas artísticos (en cambio, siento una gran admiración por los pederastas modestos), las señoritas inexpertas, la virtud, los sargentos, los hombres llorones, el sentimentalismo, los mauristas, los cornudos dialécticos e iracundos, etc."
(Josep Pla, Notas dispersas)
Agüita fresca!
"Fue tras la revolución rusa de 1918 cuando se impuso en aquel país el tuteo, la destrucción del tratamiento jerárquico, no solo entre los inscritos en el partido bolchevique, sino sobre toda la población de aquel inmenso país. Lo más probable es que la gran masa del pueblo no entendiera el nuevo tratamiento, pero, precisamente porque la masa era enorme y la minoría ínfima pero activa, la masa obedeció.Los fascistas siguieron el mismo camino. Los primeros fascistas, que fueron, en Italia, Mussolini y sus amigos, implantaron el tuteo, y Hitler, en Alemania, hizo lo propio con el triunfo del nacionalsocialismo. Todas estas fuerzas enormes, que provienen en su totalidad de la fraseología de la camaradería socialista romántica, creyeron que con este cambio iban a cambiar a la comunidad humana y a mejorar los sentimientos. No cambiaron ni mejoraron nada. La gente, la gente corriente, trata a las personas que tiene delante como buenamente puede, hace lo que hacen los demás. Eso es todo. Los falangistas españoles siguieron la misma dirección, y aún dura en ciertos aspectos. Sobre todo en Madrid. No deja de resultar curioso, porque, si bien hay gente, y no toda, que se tutea, hay muchísimos más que mantienen el trato ancestral y corriente.
Ante la cuestión del tratamiento, reaccioné en contra enseguida. Yo he formado parte de una familia que siempre se ha tratado de tú. Algunas familias de este país se trataron siempre de usted. Decidí tratar a todo el mundo de usted, aunque no a la familia, ciertamente, ni a los amigos del bachillerato ni a mis amigos íntimos, que son muy pocos. Desde entonces, he tratado siempre a todo el mundo de usted o de vos -que es un tratamiento antiguo y normal del país-. No he sido nunca partidario de poner en el tratamiento la menor exageración ni la menor rimbombancia 111. Ahora bien: hay que conservar el tratamiento del país. Y hay que hacerlo por muchas razones, que no vamos a desarrollar aquí porque es de una obviedad notoria. En un país tan fabulosamente demócrata como es este, hay que defender lo que tenemos, o sea, nuestra vida real y concreta. Tratar de tú al primero que pasa, no va a mejorar nada. Al contrario."
(Josep Pla, Notas del crepúsculo)
"Cuando se llega a una masía y se pide para hablar con alguien, a menudo responden: la persona por la que pide ha ido a dar de comer a las gallinas... ¡Magnífico! ¡Es la mejor noticia que se puede tener!"
Buenos días.