La entiendo como una DECLARACIÓN DE INTENCIONES a propósito de su IDEARIO o linea EDITORIAL.
DE INDEPENDENCIA EDITORIAL , sabemos mucho en en la PROVINCIA DE LEÓN.
Por un lado tenemos al Diario de León propiedad de Jose Luis Ulibarri / Begar.
Y por el otro lado la CRÓNICA de León de José Martinez NUñez / TECONSA.
Uno y el otro , por lo que se ve , tienen chantajeados a los políticos de un signo y del otro , algo así como ... o me das obras o concesiones o servicios municipales o ...
¡¡¡UNA VERGÜENZA !!! , menos mal que con el http://www.elsoplon.net/ y http://www.bierzodiario.com/ nos vamos enterando de todo.
Lo malo es que el REBAÑO no se entera de la fiesta y son los que votan y votaran .
Para mi el Confidencial es el mejor medio digital , leo mucho a sus colaboradores y además como periódico de información también me gusta , si al mundo le dedico 5 minutos, al País 3 minutos , al confidencial le dedico HORAS y espero que siga como hasta ahora y cuando J. Cacho vuelva a publicar , no pasare sin leerle ni un solo articulo.
He coloreado en ROJO , lo que me parece interesante del articulo.
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‘El diario tiene que ser escrupulosamente exacto, prolijo; tiene que evitar todo lo que sea ambiguo o tendencioso, todo lo que sea capaz de ofender el buen gusto o de rebajar el tono moral de sus lectores; pero dentro de esos límites el diario tiene el deber de publicar las noticias'. Joseph Pulitzer.
Recuerda Hannah Arendt que el primer dirigente en considerar los programas políticos como legajos innecesarios, y sus promesas 'embarazosas e inútiles', fueMussolini. El duce sustituyó el programa de su partido por la inspiración de una élite dirigente. Y, en particular, por la suya. Despreciaba ‘esa democracia parlanchina’.
Otros dictadores y algunos dirigentes de falsas democracias parlamentarias han hecho también todo lo posible por desembarazarse del programa político en aras de tener las manos libres para actuar; y, por eso, sostiene Arendt, los movimientos totalitarios son organizaciones de masas de individuos atomizados y aislados. Aunque formalmente no lo parezcan por su capacidad de movilizar muchedumbres.
Detrás de esa fachada grandilocuente, sin embargo, hay tan sólo organizaciones que exigen lealtad total, sin restricciones. Lealtad incondicional e inalterable. Una fe ciega en el líder ante la ausencia de un programa del partido. De un guión ideológico.
La España actual no tiene paralelismos con los estados totalitarios que poblaron el siglo XX; pero ha mimetizado la perversa utilización de instrumentos dialécticos de corte caudillista: O conmigo o contra mí. O yo o el caos. ¡Que viene la derecha…!; ¡Qué vuelven los socialistas…!
Orillando así de forma pedestre el contrato que cada cuatro años firman los partidos con la sociedad y con sus propios afiliados o simpatizantes, en última instancia garantes de la palabra dada. Los propios militantes y dirigentes los saben, pero callan para no cercenar los cimientos del sistema político.
La mentira, las medias verdades o incluso la manipulación de los hechos con frases pretendidamente ingeniosas sacadas del laboratorio hueco de las ideas se han apoderado de la vida política
Y así es como la mentira, las medias verdades o incluso la manipulación de los hechos con frases pretendidamente ingeniosas sacadas del laboratorio hueco de las ideas se han apoderado de la vida política. E incluso, habría que decir, de los medios de comunicación, cuya oferta de opinión plural se desangra ante el empuje de los imanes de las revueltas de medio pelo.
Haciendo bueno aquel comentario hiriente deUnamuno, ‘¡Cuidado con Azaña!, que es escritor sin lectores y no dudará en hacer una revolución para tenerlos’. A más de uno le gustaría montar su propia asonada. Por supuesto, ‘sin complejos’. Y si es posible alrededor de una mesa camilla.
Trásfugas, imputados y corruptos
Se incumplen sistemáticamente los programas electorales.
La inclusión en las listas de trásfugas, de imputados, de presuntos corruptos mancilla la democracia; pero sobre todo aflora corrupción intelectual y moral. Que es la peor de las corrupciones. Pero no sólo eso. Se gobierna haciendo justamente lo contrario de lo que se prometió: en pensiones, salarios o política fiscal. Es más, se gobierna sin un proyecto político y a golpe de decreto.
No es desde luego un fenómeno nuevo. Pero amarga el silencio de los afiliados y dirigentes cuando el guía impone una deriva ideológica que va en sentido contrario a la esencia del programa.
Se habla de regeneración democrática. Todos los partidos lo hacen, pero las listas están trufadas de vulgaridad destilada por la fuerza del líder, que elige siempre a los sumisos. A los funcionarios del partido mediante un sistema de elección que premia a los mediocres, y que se pliegan sin miramiento alguno a la capacidad de presión de los poderosos, de las élites económicas.
Probablemente con el objetivo algún día de formar parte de ellas. Minorías que viven en una tierra sin ley por ausencia de control democrático de los lobbys y de los arribistas, cuya influencia es determinante gracias a su capacidad real de intimidación.
Se trata de una corrupción perceptible, pero muy sutil, que desde luego escapa a los mecanismos de control social. Básicamente por ausencia de instrumentos de fiscalización.
También por desidia moral.
Los medios de comunicación nacieron para cumplir ese papel. Eran, como alguien dijo, el veneno de los poderosos, la ponzoña de los demagogos. Pero la creación de grandes grupos multimedia ha acabado por transformar viejas cabeceras en cajas registradoras.
Como decía Mc Cormick, propietario de Chicago Tribune, quienes se dedican a los negocios para ganar dinero tienen un millar de maneras más fácil de hacerlo que publicar un diario. Pero no hay nada, recalcaba el viejo coronel con orgullo, que depare mayor satisfacción que publicar un buen diario, un gran diario.
La mutación no sería del todo negativa si no fuera porque la estrategia del gigantismo se ha llevado por delante su credibilidad.
Abrumados por las deudas, muchos editores se han visto obligados a entregar el timón de su proyecto intelectual, de su periódico, a los directores financieros. Y así se pervierte la esencia del oficio.
Parece evidente que para ser libre el diario tiene que contar con sus propios medios de sostén. Pero la buena dirección financiera no obliga a contraer compromisos que cercenen su libertad. Da igual que sea editado con las viejas rotativas o con la fuerza de los microprocesadores.
Los periódicos, sin embargo, ya no agitan, agotan. Y en muchos casos han olvidado la respuesta que dio el editor Robert R. Mc Cormick cuando le preguntaron sobre cuál era la fórmula para dirigir un diario: "Pues bien, dad noticias", dijo. Así de simple.
Este diario sabe que ése es el camino. Porque así lo quisieron y lo enseñaron con acierto quienes lo fundaron hace una década. Y ése seguirá siendo el trazado. Aunque sólo sea por el respeto a las ideas que iluminaron su nacimiento: "Sorprender cada mañana y preocupar a nuestros adversarios".
Periodismo independiente. Neutral, no, pero sí objetivo. Y, sobre todo, comprometido. Asumiendo que escribir es una profesión de riesgo, aunque no haya de tener necesariamente un carácter temerario.
Ganar dinero
Un periodismo que no pretende esconder lo que busca, y que se resiste a por poner las noticias al servicio de los poderosos. Como decía Mc Cormick, propietario de Chicago Tribune, quienes se dedican a los negocios para ganar dinero tienen un millar de maneras más fácil de hacerlo que publicar un diario. Pero no hay nada, recalcaba el viejo coronel con orgullo, que depare mayor satisfacción que publicar un buen diario, un gran diario.
El control de la opinión pública, expresada hoy en la red a través de los foros, es consustancial a la democracia. Los diarios no son más que eso. Instrumentos de mediación social destinados a facilitar la transparencia y poner en apuros a los poderosos. No para amedrentar o ganar ingresos publicitarios, sino para mejorar la calidad de la democracia evitando los abusos.
Nos hemos acostumbrado a lo contrario. Dejando sin sentido aquellas palabras que acompañaron a la fundación del New Yorker, en 1834: “Las columnas del New Yorker demostrarán que no es ni será jamás un imitador servil de ninguno de sus contemporáneos, y que tampoco aventuraremos nuestra barca por los torbellinos y arenas movedizas de la política”.
Y en eso estamos.
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(OTRA NOTA de vredondof A proposito de lo que escribo en mis notas, pido perdon por MIS limitaciones literarias. El hacerlo mejor (no mucho) me cuesta dedicarle media hora mas a un escrito como este , y la verdad es que, ademas de no tener tiempo , tengo poca paciencia , por ello, (y nuevamente) pido disculpas por las susodichas limitaciones)