Según El Mundo, Aznar y Arenas conocían los tejemanejes de la trama corrupta y “nada se hizo”
Agag “presumía entre sus amigos de que iba a participar en un negocio llamado Orange Market”
Alejandro Agag, empresario y yerno del ex presidente José María Aznar, “en 2000, un tanto ingenuamente, presumía entre sus amigos de que iba a participar en un negocio llamado Orange Market, que uno de sus interlocutores imaginó como una especie de mercado de futuros de cítricos a través de Internet”. Es lo que cuenta Casimiro García-Abadillo, vicedirector de El Mundo, en un artículo publicado hoy en este diario. A estas alturas, es sabido que Orange Market es una de las empresas de Francisco Correa, presunto cabecilla de la trama corrupta vinculada al PP, dirigida por Álvaro Pérez El Bigotes, otro de los principales imputados en el caso Gürtel; y aunque ahora nadie quiera reconocerlo y el mismo Agag pierda la memoria cuando se le pregunta por la cuestión, otro gallo cantaba hace algunos años cuando “Correa fue testigo de su boda y El Bigotes acudió al evento (que, por cierto, organizó él mismo)acompañado de una linda joven retratada por Interviú”.
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El número dos de El Mundo asegura que “en su día, estos hechos fueron puestos en conocimiento de Javier Arenas (cuando era secretario general) y del propio Aznar, cuando era casi como un Dios. Nada se hizo. Todo siguió igual”. Quizás ello explique el nerviosismo en el entorno de Agag, conocido como el abrepuertas, cuando se imputó a Correa, con quien se codeaba eventualmente.
Agag y Gordon
El vínculo más inmediato de Agag con la trama sería el también imputado Jacobo Gordon, su amigo, compañero de universidad en Cunef –el centro de los banqueros-, ex socio y también testigo de su boda. El nombre de Gordon asoma reiteradamente en el sumario judicial del juez Baltasar Garzón: se le vincula a una promoción inmobiliaria en Majadahonda y al tema valenciano. En las grabaciones que investiga el juez Correa destaca su cercanía con el ex presidente del Gobierno: “Jacobo, todo el verano con Aznar y no es capaz de pedirle que nos eche una mano para desbloquear la licencia”, sostiene en una de las conversaciones grabadas por la Policía.
Galeote, su fundación…
El vicedirector de El Mundo, no obstante, centra su artículo en Gerardo Galeote, el eurodiputado presuntamente relacionado con la red corrupta de la que, además de 625.000 euros en comisiones, habría recibido tres coches de lujo. El periodista recuerda que en 2003, cuando Aznar decidió fusionar todas las fundaciones del PP en FAES –incluida la Fundación de Estudios Europeos que, además de estar dirigida por quien ha sido señalado por Garzón, recibía un diezmo mensual de los eurodiputados de su grupo guardado en un paraíso fiscal-, “ideó la creación de una nueva figura: la Asociación de Estudios Europeos, con los mismos fines y propósitos que la extinta fundación”.
…y las gabelillas
Según Casimiro, los eurodiputados callaron todos porque cobraban más del doble de lo que precibe un parlamentario en el Congreso de los Diputados. En este sentido destaca que las "gabelillas que se obtienen de la euroburocracia no son pocas. Además de los elevados ingresos, el Europarlamento paga los viajes en tarifa business a sus miembros. Si uno viaja con tarifa reducida, se embolsa la diferencia, que puede ser de hasta 1.000 euros por vuelo. Además, hay una asignación para gastos de prensa de unos 1.500 euros que casi nadie utiliza para los fines a los que está destinada la partida (…)”, una forma de actuar “reveladora” de alguien que llegó a presumir “de haber ganado ya más de 200 millones” como eurodiputado.
Explicaciones endebles
El eurodiputado, no obstante, “se equivocó al limitar en su comunicado del 1 de abril sus relaciones económicas con Correa a la contratación de viajes a través de Pasadena” porque el presunto cabecilla de la trama fue, además, “el encargado de organizar diversos actos para el eurogrupo del PP. Actos a los que acudía, naturalmente, Alejandro Agag”. A pesar de todo esto, para García-Abadillo esta trama no es Filesa porque “no aparece por ningún lado la financiación del partido. Ni siquiera la Policía (…) ha conseguido poner sobre la mesa de Garzón un solo dato que lleve a pensar que la organización con su retahíla de facturas falsas incluida, haya financiado actos o campañas del PP”.
Bárcenas
¿Qué pasa entonces con el tesorero del PP, Luis Bárcenas, que habría obtenido 1,3 millones de euros en comisiones y con quien la trama habría llegado al corazón de las finanzas popular? La respuesta del número dos de El Mundo es que “100.000 euros al año” no son "moco de pavo", pero no como "para pringarse en un asunto de corrupción". ¿Qué diferencia, entonces, a Bárcenas de Galeote? Habrá que esperar a una nueva entrega de El Mundo para saberlo.