Rosa Díez supera en votos al PNV: "No hemos hecho más que empezar" (El confidencial)
La cabeza de lista por Unión, Progreso y Democracia (UPyD), Rosa Díez, es besada por Fernando Sabater (Efe).
@Julia Pérez.- 10/03/2008 16:00h
"Esto no ha hecho más que empezar, seremos claves en el Parlamento, los municipios y las autonomías". En sólo seis meses, Rosa Díez y los suyos han puesto en marcha un partido político que defiende a España "sin sentimentalismos", en busca de la igualdad y el progreso. Convertida en el látigo de los nacionalistas, la ex líder de los socialistas vascos ha conseguido un escaño en el Congreso y ha superado al PNV en 289 votos.
Díez está feliz. "Todo se debe a que a que hemos puesto en marcha un partido que responde a una enorme necesidad de los españoles, no es que seamos más listos que los demás. Necesidad de que haya una fuerza política transversal, con el mismo proyecto en toda España que defienda la igualdad y el progreso. A pesar de los muros y de las dificultades ha habido más de 300.000 ciudadanos que nos han encontrado", reconoce a El Confidencial poco antes de entrar en una reunión con sus compañeros de partido.
La próxima diputada saca su primera bandera: defenderá la reforma de la ley electoral porque un voto no vale lo mismo en un sitio o en otro. Así, UPyD consigue 303.535 votos, 289 papeletas más que el PNV, pero se tiene que conformar con un diputado cuando los nacionalistas vascos sacaron seis escaños. Y logra 94.493 votos más que BNG, pero los nacionalistas gallegos tendrán dos parlamentarios.
A Izquierda Unida le ha costado sacar un diputado 480.000 votos, mientras que un escaño ha supuesto al PNV tan sólo 50.000 papeletas. La razón: la ley electoral favorece a los partidos que sólo se presentan en las regiones, y penaliza a las minorías que concurren a nivel nacional. Se trata de un sistema mayoritario de carácter proporcional que otorga más poder a las minorías. Es la tiranía de la ley electoral que denuncia Gaspar Llamazares, el líder de IU en retirada tras el estrepitoso fracaso de su candidatura.
En plena euforia, Díez cree que en el futuro pueden convertirse en la tercera fuerza política de España. "Transversal", apostilla. Los votos logrados en las elecciones generales, si se repiten, significan concejales en muchos municipios y parlamentarios en las autonomías. En Salamanca, UpyD se ha convertido en la tercera fuerza; en Castilla y León, en la cuarta; en diez distritos de Madrid son hoy el tercer partido político.
Mítines en los parques, subida a una silla
UpyD nació de la Plataforma Pro, surgida dentro movimiento cívico Basta Ya!. Entre sus principales impulsores están el filósofo Fernando Savater, el catedrático Carlos Martínez Gorriarán y escritores como Mario Vargas Llosa o Álvaro Pombo. Díez era dirigente del PSOE y parlamentaria europea hasta hace seis meses, cuando abandonó el partido para fundar el nuevo partido en busca de una "regeneración democrática" y por serias discrepancias José Luis Rodríguez Zapatero a causa de su política antiterrorista. Díez acusó al presidente de "convertir a ETA en interlocutor político".
Los grandes partidos, PSOE y PP, vieron que este movimiento podía arrebatarles votos y maniobraron entre bambalinas para bloquear su financiación o su difusión mediática. Como réplica, Díez y los suyos salieron a la calle, a montar charlas. Incluso montó un mitin subida a una silla en el parque del Retiro de Madrid: el micrófono iba de mano en mano. Estas charlas-coloquio las llevó a las universidades, en las que se produjo algún incidente. En concreto, en la Complutense un grupo de extrema izquierda intentó boicotear su conferencia al grito de "fascista, fuera de la universidad".
Los de UpyD, al quite, han sabido aprovechar estos incidentes para hacerse un hueco en los informativos de televisión. También han estado espabilados a cuenta de los exigentes requisitos electorales. "Las microbarreras", las tildó Díez. Por ejemplo, sólo cuando salió el decreto correspondiente se enteraron de que los sobres de las votaciones tenían que tener un gramaje determinado y que si éste no se cumplía los votos serían nulos. Imprimirlos y buzonearlos les costaba 16 millones de euros, con el agravante de que el 70% de los electores lleva la votación preparada desde casa. ¿Solución? Difundir en los actos callejeros a los que quería votarles que vaciaran los sobres repartidos por PP y PSOE, e introdujeran en ellos su candidatura.