9 de Marzo 2008
La hora de todos
Fusilo el nombre de la bitácora de José Carlos Rodríguez para titular esta última anotación antes de que llegue la hora final de estas dichosas elecciones. No voy a hacer un balance de una campaña cuyo punto y final lo puso un pistolero cobarde que echó a correr después de matar a un hombre inocente y desarmado ante los ojos de su hija. Voy a sacar la bola de cristal para ver lo que nos deparará el futuro cuando este domingo el ministerio del Interior nos diga quien se va a pasar los próximos cuatro años en la poltrona mandando y disponiendo a su antojo. En otras circunstancias o en otro país más previsible sería éste trabajo fácil, pero no aquí ni ahora. Y no porque la diferencia entre los dos grandes partidos sea muy ajustada, que lo fue en 2004 y probablemente lo sea en esta ocasión, sino porque la composición y los actos del futuro Gobierno serán una hechura de unos pocos puntos porcentuales a favor de uno u otro.Como no soy pitoniso ni pretendo serlo, desconozco quien y con cuanta ventaja ganará. Puedo, para bien o para mal, engañarme a mi mismo y luego cruzar los dedos para que salga lo que yo quiero que salga. Unas elecciones, sin embargo, no son una cuestión de voluntarismo o de apreciaciones individuales. En España, además, los sondeos no sirven de demasiado porque, por el qué dirán o el qué pensarán, mentimos como bellacos. Así las cosas, lo más que puedo hacer es, siendo realista, trazar mentalmente unos escenarios de lo que podría pasar con diferentes desenlaces posibles. Por más vueltas que le doy me salen sólo tres:
Escenario 1 o "Tócala de nuevo, Sam" - Resultados equivalentes a los de 2004
Todo seguiría, más o menos, como está. El PSOE ganaría las elecciones por un millón de votos, lo que se traduciría en unos 15 escaños de diferencia a favor de los socialistas. Zapatero gobernaría en solitario pactando con Esquerra y con Izquierda Unida los presupuestos para ir tirando. Los programas puestos en marcha encaminados a darle la puntilla al país transformar la realidad continuarían pero, probablemente, Zeta se pensaría dos veces alguna medida habida cuenta de lo movilizada y movilizable que ha demostrado ser la derecha en España. La crisis económica agudizaría los problemas y, quizá, en 2011 estamos de vuelta en el colegio electoral, con un año de adelanto al felipista modo.
Escenario 2 o "Cinco contra el barbas" - Ligera victoria del PP
Los resultados del "Tócala de nuevo, Sam" se invertirían dándole al PP el millón de votos de la discordia. Esto, al menos en teoría, haría posible que Rajoy formase Gobierno. Ni que decir tiene que no podría hacerlo, no le dejarían. El partido anti-PP, que es el mayor y el más votado de España, formaría una gran coalición para llevar a Zapatero a la Moncloa por las malas o por las malas. La legislatura sería de infarto porque un PSOE en minoría se vería obligado a ceder más parcelas de poder a sus socios, es decir, que les daría lo que pidiesen con tal de mantener el coche oficial transformar la realidad. A los catalanes la independencia de facto y a los de Izquierda Unida uno o dos ministerios. Lo mismo, si Rubalcaba se deja, un comunista se queda con el de Interior al estilo de los países del este tras la guerra mundial minutos antes de convertirse en repúblicas populares. En Cataluña la consejería del ramo la regenta Saura por lo que nada impide pensar que Gaspy realice el sueño de su vida que es, por si no lo saben, entrullarnos a todos, transformar la realidad.
En este escenario la legislatura duraría aun menos. La derecha, con complejo de "me han robado la cartera delante de mis narices" no daría tregua, la crisis económica se juntaría con la política y el ambiente se pondría tan imposible que no quedaría más que convocar elecciones y echarle una novena a Santa Rita.
Escenario 3 o "Mad Max" - Mayoría absoluta del PSOE
Posible es, y más después del atentado en Mondragón y sus inevitables consecuencias en la participación. Esto sería el acabose, es decir, la transformación total y absoluta de la realidad. Zetapé más que crecido, crecidísimo, haría todo lo que no se ha atrevido a hacer hasta ahora, que es mucho. La oposición se vendría abajo y el PP pasaría a ocupar el lugar que le corresponde en los regímenes bolivarianos de partido único democracias avanzadas de progreso. La crisis económica quedaría abolida por decreto y los que fuesen al paro serían, en realidad, malos españoles que no quieren trabajar. Los que criticamos al gobierno seríamos purgados inmisericordemente invitados gentilmente a dejar de hacerlo y, a la vuelta de 15 años, se haría carne la profecía de Alfonso Guerra de que a España no iba a conocerla ni la madre que la parió. Por último, Red Liberal, y con ella esta bitácora, pasarían a estar alojadas en Suiza porque, fieles a nuestros principios, we wil never surrender.