Tú a la manifa y yo a Washington
Me importa un carajillo lo contento y emocionado que esté Zapatero con eso de posicionarse más allá de la reunión del G20 ilusionado con su recién contraída lideritis mundial que acaba padeciendo todo presidente.
Mientras se curraba una una silla por cansino en la cumbre de Güásinton y después de haber mantenido su ronda de reuniones de “mira que importante y que global que soy” en Barcelona, Gijón, Algeciras los currantes han tenido que hacer humo y ruido para intentar que nos pongamos en la piel de miles de familias a las que se les presenta un negro futuro tan inmediato como incierto.
Ni la derecha más caduca disfrazada ahora de hipócritas luchadores de lo social con su decretazo aún caliente en las hemerotecas ni la demagogia de las falsas izquierdas gobernantes han cambiado ni una sola letra del guión del teatrillo del enfrentamiento político de siempre.
Es curioso que el asunto estrella sea la cumbre esa en la que Zapatero va a participar en el rediseño del sistema financiero mundial cuando se ha dejado hundir la construcción naval y permitido durante décadas a las multinacionales amontonar laen nuestro mercado laboral.
Habría que encender una gran hoguera de neumáticos de coches marca Nissan a las puertas de esa cumbre para que el presidente se sintiera como en casa y ahumarle así esos humos de lo mundial para que no se siga olvidando de practicar la política de lo cercano.
Dispensen el chiste burdo y fácil