Los papeles diplomáticos desvelados por Wuikileaks resultan muy escasos de contenido. Fuera parte del morbo que siempre añade el sello “confidencial” ni aportan novedades significativas, ni responden a la gran pregunta que en ellos se formula: ¿Zapatero es tonto o es malo?.
Ni los papeles filtrados por Wikeleaks, ni la filtración en sí misma, han cambiado o van a cambiar el mundo de la diplomacia. Como mucho es probable que a partir de ahora el Departamento de Estado ponga unstroncio más en sus ordenadores para añadir dificultad al acceso y descargas no autorizados.
La historia reciente está trufada de filtraciones a los medios de papeles inconvenientes para el poder, que han producido un efecto más o menos fuerte. Aclaro que entre esas filtraciones no se encuentra el caso Watergate, que provocó la dimisión de Nixón, porque no fué un filtración de documentos oficiales sino una investigación periodística, al parecer alentada por un ex agente del FBI resentido.
En las filtraciones de Wikileaks no hay ningún contenido genuinamente sorprendente. Me limito al caso de España: todo lo que dicen los papeles eran opinión común de las personas que observaban o protagonizaban la vida pública española.
Por ejemplo, el jueves 14, la principal revelación es que un informe confidencial al Departamento de Estado sobre la situación económica española se señalaba que “las declaraciones de Zapatero dan la impresión de que o minimiza intencionadamente el problema o no entiende su gravedad”.
Ese análisis lo comparten la práctica totalidad de los economistas españoles, de los políticos no cegados por la obediencia al jefe y de cualquier observador internacional.
Zapatero ¿es malo al ocultar la gravedad de la crisis o es tonto porque no se ha enterado de la misma?. Si el informe confidencial contestara a esa pregunta tendría mucho más valor, pero con limitarse a plantearla, la Embajada en Madrid lo único que hace es compartir la duda que asalta a la mayoría de españoles.
Para mí tengo que si no la contesta es porque el autor del informe piensa, como un servidor, que Zapatero es malo y tonto a la vez… Pero para ese viaje no hace falta Wikileaks.
Dentro de los papeles sacados a la luz pública se cuenta también que el el Vicepresidente de los Estados Unidos, le propinó una colleja dialéctica al Presidente Rodríguez Zapatero por su decisión frivola, repentina y desleal de retirar las tropas españolas de Kosovo. ¡Hombre! todo el mundo interesado sabía que ante esa decisión, tomada mano a mano en un café compartido por el Presidente y la Ministra de Defensa, Carme Chacón, Estado Unidos reaccionaría con un cabreo más que regular.
Ahora nos enteremos que el cabreo se concretó en advertencia vicepresidencial, está bien pero añade poco a lo supuesto.
Otrosí: Rubalcaba es el ministro de más peso en el Gobierno y José Blanco no es de fiar, dijo la embajada en Madrid. Otras dos obviedades, aunque la segunda se deriva del desconocimiento de la personalidad gallega: son de fiar, pero no les gusta parecerlo.
Si el nivel de los desvelado por Wikileaks sobre la actividad diplomática de Estados Unidos en el mundo es similar a lo que corresponde a España, el affaire ya se reduce a la peripecia personal del fundador del sitio. Como saben muy bien los historiadores, los diplomáticos han reportado a sus Gobiernos mediante informes y cartas en los que manifestaban su propio criterio sobre el país en los que estaban destacados.
A veces la correspondencia era interceptada y, a veces también, se conseguía información valiosa. Lo usual, sin embargo, era que en esos informes secretos se dedicara más espacio a los líos de faldas en las cortes que al análisis de las políticas de Estado.
En la era digital, es lógico que ya no se asalten a las postas diplomáticas, sino que para interceptar información se utilicen medios digitales… Y como los líos de faldas aparecen en papel couché, el contenido de los papeles diplomáticos pierdan mucho morbo.
Pero en este caso por lo menos el medio no es el mensaje: seguirá habiendo diplomacia desarrollada en niveles públicos, confidenciales y secretos. A los secretos seguimos sin llegar.
¿Zapatero es tonto o es malo? Poco viaje para tanto Wikileaks
de Jose María García-Hoz de Jose María García-Hoz