[PyM] Hoy va del CANCER de las TV PUBLICAS
, publico este articulo de José Mª Garcia Hoz , esperemos que nadie olvide "EL QUID DE LA CUESTIÓN":
COSTE POR HOGAR Y AÑO 144 € "de RENTA".
Ruego se me disculpe la publicacion de estos artículos , yo se que todos los lectores de mi blog eran ya conscientes de este CANCER. sirva el presente articulo como "pataleo" y simple recordatorio.
Las televisiones oficiales, mal llamadas públicas, cuestan cada vez más a cada contribuyente. Sin embargo de fuera del sector protesta por un gasto tan creciente como innecesario. Seguramente será porque el televisivo se paga en forma de impuesto escondido.
Como todos los años la presentación del Anuario de Televisión, brinda a las cadenas de propiedad privada la oportunidad de denunciar/criticar la escandalosa competencia desleal que sufren por parte de las televisiones llamadas públicas y que en realidad son oficiales.
El escándalo se resume en una cifra: el año pasado las cadenas oficiales españolas costaron 144 euros por hogar. O sea, 2009 el año de todas las crisis, en los que el PIB cayó como nunca en la historia, en el que el equilibrio presupuestario saltó por los aires, en el que se registraron 20 millones de parados, en ese año madre de todos los desastres económicos, los televisivos oficiales ni se enteraron y nos salieron un 11 por ciento más caro que en 2008.
Nadie desespere: en este 2010 de estricta austeridad presupuestaria la factura, lejos de disminuir, será algo mas cara. Aunque todos los gastos públicos deberían ser sometidos a una auditoria coste/eficacia, se puede comprender que la Sanidad cueste mucho dinero, igual que la educación o la política de defensa, como también cualquiera está de acuerdo en la necesidad de carreteras y otras infaestrcuturas pero lo que no se entiende, se mire por donde se mire, que pintan las proliferaciones de televisiones oficiales en todos los niveles del Estado: central, autonómico y municipal.
¿Para qué sirve una televisión oficial? Para nada serio. Porque espero que todo el mundo esté de acuerdo en que satisfacer el ego de los mandamases últimos de esas televisiones –Presidentes de Gobierno o de Comunidad, ministros, consejeros, alcaldes…– no es una misión seria. Y eso es, de verdad, para lo único que sirven.
Bueno, para eso y para competir con las privadas en la captación de publicidad. En ese terreno el ventajismo de las televisiones oficiales consiste en que aun en el caso de que acción comercial fuera muy mala y no coloquen ni un spot, están seguras de que la teta financiera de su administración propietaria sufragará cualquier error o estropicio.
Pues a pesar de representar un gasto creciente e injustificado, y fuera parte de las del sector, no se levantará ni una solo voz crítica contra el ruinoso modelo de las televisiones oficiales. Hay manifestaciones para pedir una carretera o un hospital, o suprimir un paso a nivel o prohibir el tráfico aéreo en determinadas zonas. También se advierte sensibilidad impositiva: todo el mundo está dispuesto a criticar la subida del IVA o de las tasas de basura… Sin embargo, nadie se manifiesta contra el despilfarro televisivo ¿Por qué?.
Pues seguramente porque el común de la ciudadanía no sabe lo que le cuesta. Es un impuesto real, pero indoloro porque se paga sin que el contribuyente lo advierta, ya que la factura televisiva se camufla en los presupuestos oficiales.
Seguro que si volviera el primigenio canon de trescientas pesetas anuales que se cobraba por cada televisor en funcionamiento, la percepción del público sería muy distinta: exigiría independencia y calidad porque sabrían que ellos pagaban. Ahora también lo pagan, pero no lo saben.
La television pública, un impuesto real pero indoloro
de Jose María García-Hoz de Jose María García-Hoz