En una vano intento de tranquilizar a los mercados con buenas noticias, el Gobierno adelantó una semana la presentación de sus cuentas hasta octubre. Los datos, sin ser malos, no son del todo buenos pero sobre todo, dejan sin despejar dos agujeros negros: las cuentas autonómicas y las de la Seguridad Social.
El Ministerio de Economía y Hacienda tiene, por obligaciones de la Unión Europea, un calendario para hacer públicas sus cuentas. Ese calendario se fija a principio de cada año y según el mismo los datos correspondientes a octubre debían publicarse el próximo martes 30. Sin embargo, el Secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, ha adelantado una semana su publicación.
En una Administración que de suyo es mas lenta que rápida, el adelanto solo tiene una explicación: Ocaña presenta el balance del Estado hasta octubre, apenas 24 horas después de que lo hiciera Alemania,en un intento por sortear la borrasca de los mercados, que nuevamente miran a España con desconfianza, No es que sea un buen balance (tampoco lo era el alemán), pero por lo menos se lanza el mensaje de que las cuentas del Reino de España no guardan gatos en la barriga.
Los datos, ya digo, no son para tirar cohetes. De enero a octubre de este año, entre lo que ha salido y lo que ha entrado en su caja, el agujero/déficit del Estado presenta una mejora de de 22.752 millones respecto a 2009. En términos porcentuales, el déficit público pasa de 5,5 al 3,30 sobre el PIB.
Con ser esa la buena dirección, las cifras permiten dudar del recorrido que tenga ese camino hacia el necesario equilibrio. He aquí algunos peros.
Pero 1)
el Estado cobra más impuestos, el 25 por ciento más, pero es incapaz de gastar menos, pues esa rúbrica decisiva solo ha bajado un 0,3 por ciento, que es como no bajar nada;
Pero 2)
mientras los gastos continúen en los niveles actuales y dado que los impuestos no pueden subir indefinidamente, el único metodo para reducir el déficit es el crecimiento económico porque lo que genera ingresos para el Estado sin modificar el IVA es la compra venta de casas, de coches, de electrodomésticos, de viajes, de gasolina… Cabe recordar que, entre todos los pronosticadores nacionales e internacionales, el Gobierno es el único que augura un crecimiento suficiente para aumentar los ingresos en 2011 y 2012;
Pero 3)
curiosamente, el único gasto corriente que baja significativamente es el de las prestaciones al desempleo: el año pasado se pagaron por este concepto 15 mil millones y este solo 11 mil. ¿Qué pasa? El número de parados no ha bajado y si hubiera descendido el número de perceptores del subsidio habría más lío social del que hay. ¿Estamos ante un nuevo caso de contabilidad creativa?, porque en esta partida sobran parados o falta dinero.
Pero 4)
lo que no deja de subir son los intereses de la deuda, que ya suponen casi el 15 por ciento de los gastos totales… Y subiendo, porque a las alturas de octubre el Estado ha necesitado pedir préstamos por 41 mil millones más… Y el 23 de noviembre el Reino de España no alcanzó a cubrir los 5.000 millones de euros que buscaba en los mercados internacionales;
El temible boquete autonómico
Buenas o malas, con pufos o sin ellos, las cuentas del Estado están ahí, mes a mes. Bendita UE que obliga a ese ejercicio de transparencia. Pero a las comunidades autónomas nadie les obliga a un ejercicio semejante. El Gobernador del Banco de España, que algo se debe de oler, insiste en forzar el control financiero de los gobiernos autonómicos.
Predica en el desierto porque el Gobierno sabe bien que ese es un patatal político de primer orden: le falta sentido de responsabilidad para impedir que la Generalitat de Cataluña emita deuda a un coste insoportable o de aclarar como es que Bancaja vende a sus clientes bonos de la Generalitat Valenciana con una rentabilidad superior a la que figura en el balance.
En la actividad financiera española casi todo está por aclarar –que será de las cajas, como conseguirán los bancos acumular recursos propios– pero pobre credibilidad del Reino de España cuando empiecen a estallar las burbujas financieras autonómicas.
El anunciado boquete de la Seguridad Social
La Seguridad Social también el martes 23 hizo pública una nota de prensa –sin remitir a la documentación completa– en la que anunciaba que seguramente cerraría esta año con cero superavit. Eso no es noticia: desde hace años la disminución de cotizantes y el aumento de pensionistas configuran un futuro insostenible para el sistema español de pensiones.
El problema en este caso no es de desconocimiento, al revés: hay datos para aburrir. Aquí la cuestión es que no se hace nada –ya estamos pensando en abril para hacer algo– y el tiempo se agota y mientras se pasa, los mercados seguirán mirando a España con desconfianza.