Las caras del auto de Garzón
Ocho fosas en las que enterraron a 25 personas, entre ellas dos mujeres y un niño de 3 años
La ARMH sacó a la luz en la fosa de Balboa los restos de cuatro vecinos de Corullón cuyos restos descansan desde agosto en un nicho común en el cementerio de esta localidad. GAZTELU
Ana Rosalina López Ponferrada
El auto del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha reabierto la caja de los recuerdos y los truenos en la comarca del Bierzo, la que acoge la mayor parte de las fosas cuya apertura exige esta decisión judicial, ya que siete de las 19 de toda España están localizadas en la comarca.
Más allá de la inevitable polémica que surge en torno a la recuperación de los restos humanos y el enjuiciamiento de aquellos que ordenaron o participaron en la muerte de decenas de miles de personas desaparecidas durante la Guerra Civil, estos números y lugares sólo dictados en el texto del auto de Garzón ocultan historias reales, rostros que unos quisieron olvidar y otros no pudieron y que ahora, de nuevo, vuelven a salir a la luz.
Además de las siete fosas del Bierzo, otra más en La Robla suman en la provincia las ocho señaladas por el juez de la Audiencia Nacional, que con su decisión se ha declarado competente para investigar las denuncias realizadas por diferentes asociaciones, entre ellas la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), cuyas raíces nacen en tierras bercianas.
El juez ha puesto su mirada en las fosas de Flores del Sil (Ponferrada), Balboa, Dehesas, Camponaraya, Magaz de Abajo, Tejedo del Sil, Carucedo y El Rabizo (La Robla). Son las historias de 23 varones y dos mujeres. En algunos casos sus restos ya han sido entregados a sus familiares, en otros están aún pendientes de identificar o de exhumar.
Sólo tres de éstas, las de Dehesas, Camponaraya y Magaz, aún no han sido excavadas, aunque forman parte del intenso calendario de trabajo que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica aún mantiene en la comarca del Bierzo, según explica su vicepresidente, el ponferradino Santiago Macías.
Precisamente la labor de este berciano y del madrileño Emilio Silva, nieto de uno de los 13 de Priaranza, ha sentado las bases del trabajo de numerosos voluntarios que desde hace años vienen luchando por recuperar los restos de los paseados. Incluso el propio auto de Garzón hace referencia al libro publicado en 2003 por ambos ‘Las fosas de Franco, los republicanos que el dictador dejó en las cunetas’.
BALBOA
La historia de los cuatro paseados de la fosa de Balboa terminó para ellos y comenzó para la historia el 14 de septiembre de 1936. Los implicados en este suceso fueron Rafael Freijo Reimúndez, Joaquín Siso Gutiérrez, Paciano de Castro Potes y su hermano Amador, de entre 24 y 40 años. Todos eran vecinos de Corullón y desde allí fueron trasladados por un grupo de falangistas hasta los castaños bajo los que descansaron sus restos durante 72 años. La zona era bien conocida por los lugareños, que incluso llegaron a señalar con una enorme piedra blanca el lugar del enterramiento. Allí no pastaban las ovejas, porque allí había paseados.
Los restos de los cuatro hombres reposan desde mediados de agosto en el cementerio de su pueblo, en Corullón. Allí, el día 16 de ese mes sus familiares depositaron sus huesos en un nicho común cedido por el Ayuntamiento. “Es algo con lo que siempre he soñado”, decía con amargura el día del entierro la hija de uno de los fusilados.
PONFERRADA
En Flores del Sil la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica exhumó también este año los restos de la fosa que encerraba más crueldad de todas las halladas en el Bierzo, no por el dolor que dejó en sus familias, que en todas fue y es igual de intenso, sino por la edad de las víctimas. En este caso la exhumación se desarrolló en la segunda semana de julio en el patio trasero de lo que fue su casa, en el barrio de Flores del Sil.
Este caso fue recordado durante mucho tiempo por los vecinos de la zona, porque aquel mes de agosto de 1936 el grupo de pistoleros falangistas dejó junto a la carretera durante varios días los cuerpos de Jerónima Blanco Oviedo, de 22 años, que en el momento de su muerte estaba en un avanzado estado de embarazo, y de su hijo Fernando Cabo Blanco, de tan sólo tres años de edad.
Los restos ya identificados serán pronto entregados a los familiares, tal y como asegura el vicepresidente de la ARMH.
TEJEDO DEL SIL
Tres hombres fueron fusiladosel 29 de octubre de 1937 en un paraje cercano a la localidad de Tejedo del Sil, donde se ocultaron huyendo de las represalias. José Ramón Méndez Rodríguez y Plácido Rodríguez Alonso, ambos vecinos de Vega de Viejos, compartieron hasta agosto de este año su fosa con otro varón, del que sólo se conoce que se llamaba Zenón y que, probablemente, era vecino de Matarrosa del Sil, según apuntan las últimas investigaciones de la ARMH.
Los restos de estos paseados también están exhumados y a punto de ser recuperados por sus familiares ya identificados.
CARUCEDO
Ocurrió el 10 de agosto de 1938. Habían sido detenidos el día antes para ser trasladados a los calabozos de Bembibre, donde tan solo estuvieron unas horas antes de que los sacaran para llevarlos a la cárcel de Ponferrada, a la que nunca llegaron. En el paraje donde fueron fusilados también fueron enterrados por los vecinos de la zona y allí, junto a la carretera, permanecieron sus restos hasta finales de mayo de este año, cuando los voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica comenzaron a excavar en el kilómetro 22 de la carretera de Carucedo.
Esa fue y es la historia de Juan Antonio Ferrero González, Pedro Cuellas Valcárcel, Marcelino Cuellas Varcárcel y Patricio Hernández. Los tres primeros eran vecinos de Cobrana y el último de Congosto. La ARMH espera entregar en breve los restos de estos paseados a sus familiares.
LA ROBLA
En el paraje del Rabizo, el pinar de La Robla, los voluntarios de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica recuperaron a principios de julio de este año los restos de cinco paseados que fueron fusilados el 13 de agosto de 1936 por parte de un grupo de pistoleros de Falange. En este caso, como en muchos otros, la información de familiares y vecinos permitió ubicar e identificar los restos de Arsenio Fuertes González, Isidro del Valle Díez, Amador Arias Arias, Domingo Gutiérrez Costilla y Bernardo Orejas García. Arsenio y Bernardo eran secretario y oficial de secretaría en La Robla e Isidro era médico.
Los restos ya exhumados aún no han sido identificados ni entregados a los familiares.
DEHESAS
Es una de las tres fosas señaladas por el auto de Garzón que aún no ha sido exhumada. La ARMH ya cuenta con el informe del georradar que ubica aproximadamente el enterramiento, por lo que probablemente será la primera fosa que se excave tras la decisión del juez de la Audiencia Nacional. En este lugar, una finca particular cuyo propietario ya ha dado autorización para la excavación, está enterrado José Carrera Carrera, natural de Santalla.
CAMPONARAYA
Esta fosa ya está localizada en la localidad de Magaz de Abajo, aunque el auto judicial la señala como situada en Camponaraya para diferenciarla de otra también ubicada en esta zona.
En este caso la falta de acuerdo con el propietario del terreno, el jardín de un chalé, no ha permitido aún recuperar los restos. En este caso son tres personas, el matrimonio José Soto y Filomena Ferreras, naturales de Congosto, y Francisco Gundín Díez, de Cobrana.
MAGAZ DE ABAJO
La ARMH tampoco ha iniciado aún la excavación de este enterramiento en el que descansan los restos de José Merayo Reguera, de Toral de Merayo y residente en Flores del Sil; de Ángel González Fernández, vecino de Ponferrada, y del hombre conocido como ‘El de la 14’, que vivía en la plaza Tras La Encina de Ponferrada.