Corrupción: la 'italianización' de Alemania
Aurora Mínguez (Berlín).- - 29/05/2008
En los tiempos pre-globalización, los empresarios y altos ejecutivos alemanes miraban por encima del hombro a los países del Sur y, muy especialmente, a los italianos, por los constantes casos de corrupción, abusos y malas prácticas. "Nosotros -decían- nunca permitiríamos algo parecido". Pero hoy día, el antes llamado 'capitalismo renano' está empezando a acercarse peligrosamente a los niveles de la Italia berlusconiana. Y si no,véase los ejemplos de estos últimos años.
Caso Volkswagen. Pagos y sobornos regulares a los miembros del comité de empresa, que incluían viajes a Brasil y servicios de prostitución, para que los sindicatos no se opusieran a los planes de la dirección.
Caso Siemens. Más de mil millones de euros pagados a lo largo de las dos últimas décadas a través de cuentas camufladas para conseguir contratos en varios países, bastantes del Tercer Mundo. La fiscalía de Munich ha abierto expediente a 300 personas, y el proceso se ha abierto esta semana, con un antiguo ejecutivo que reconoce haber pagado 54 millones de euros en sobornos, contratos fantasma y comisiones ilegales. El ex presidente de Siemens, Heinrich von Pierer, ex asesor personal de la canciller Merkel, afirma que nunca supo nada de este sistema de pagos ilegales que se estableció durante su mandato. Ha sido ya exculpado por la justicia, por falta de pruebas directas,aunque la sombra de la sospecha le acompañará para siempre.
Caso Deutsche Post. Su ex jefe, Klaus Zumwinkel, procesado por su implicación en fuga de capitales en Lichtenstein. Las investigaciones de la justicia alemana siguen abiertas, y se prevé que aparezcan nuevos nombres –algunos muy conocidos- en la lista de defraudadores.
Caso Deutsche Telekom. El semanario Der Spiegel denuncia esta semana que la compañía lleva años realizando escuchas telefónicas a sus propios directivos y a periodistas para vigilar filtraciones a los medios de comunicación. Un asunto que da el toque final a la Telefónica alemana, que ha perdido millones de clientes por su mal servicio. Se ha vulnerado no sólo la ley de la confidencialidad, sino la ley de secreto en las telecomunicaciones. Entre los 'pinchados' figuran miembros del gobierno federal –presentes en el consejo de vigilancia de la Telekom-, miembros de la patronal y de los sindicatos.
Saltarse la ley como norma
Visto lo visto, se podría decir que la dirección de algunas de las grandes empresas alemanas se emplea a fondo no sólo a ganar dinero sino a vulnerar la ley de manera rampante. La Bundeskriminalamt, el organismo federal dedicado a la Lucha contra el Crimen, constata que los delitos económicos a mediana y gran escala han aumentado en el año 2006 un 7,5 por ciento. En ese mismo año se abrieron 96.000 casos de corrupción y fraude, con unos daños estimados de 4.300 millones de euros. Esto es, por supuesto, sólo la punta del iceberg, porque los expertos están seguros de que sólo una quinta parte de esos delitos sale a la luz.
La impostura y el amor al riesgo de estos ladrones de cuello blanco encuentra un perfecto acomodo en la legislación alemana. Hasta el año 1998 las empresas de la República Federal estaban autorizadas a pagar sobornos en sus operaciones en el extranjero, y podían incluso deducirse esos pagos en sus declaraciones a Hacienda. Siemens elaboró a partir de entonces un sistema paralelo y opaco para seguir con sus prácticas de pagos irregulares, que es lo que ahora se ha destapado.
Pero, además, no existe una legislación penal para empresas. Dicho de otra manera, se puede procesar y condenar a un individuo, a un directivo, pero no a un consorcio o una multinacional, aunque se sepan de sobra sus malas artes. En los años 2005 y 2006 se abrieron expedientes contra 18 de las 30 grandes empresas alemanas presentes en el índice Dax (el equivalente al IBEX alemán). En los despachos de la alta dirección ni se inmutaron. Una multa como la que le puede caer ahora a la Siemens -210 millones de euros- se puede encajar perfectamente en el balance anual.