NOTA DE VRedondoF :
El caso Gurtel debia servir para limpiar el PP de corrupcion , pero me temo que no va a ser asi.
La corrupcion esta tan enraizada que tienen que ser el propio PP el que la tiene que limpiar , es imprescindible , pero me da la impresion de que NO VA A SER ASI.
Pero la corrupcion no es solo la del PP , tambien esta en el PSOE , (mi opinion es que en menor medida) y tambien hay que limpiarlo.
Son muchos años de "ladrillo" libre en ayuntamientos , son muchos años mandando en AUTONOMIAS ( de un signo y del otro) con poder absoluto y conociendo todas las triquiñuelas.
Todo es muy complicado , la justicia tiene demasiadas SERVIDUMBRES Y ES MUY LENTA , los politicos "LIMPIOS" prefieren servir al partido para seguir en las "POLTRONAS" y miran para otro lado.
La unica forma de que el proceso tuviera posibilidades de salir adelante es que Zapatero y Rajoy sean eliminados de sus respectivos partidos , Zapatero por visionario e incompetente y Rajoy por pusilanime y consentidor , ninguno de los dos estan a la altura de lo que la sociedad española necesita en los prosimos años.
¡UNA PENA !
El Confidencial SIN ENMIENDA, Juan Carlos Escudier
Los 50.000 folios del sumario de la trama Gürtel sobre los que esta semana se levantó el secreto no representaban, según el PP, nada nuevo bajo el sol. Todo lo relatado, se conocía; de la Policía y sus informes, decía Esperanza Aguirre, había que desconfiar porque está a las órdenes del Gobierno; Luis Bárcenas, opinaba Javier Arenas, era un tipo estupendo que había hecho un trabajo encomiable al frente de las finanzas del PP; y así. Coherentemente y como resultado de todo lo anterior, Bárcenas y Jesús Merino, los parlamentarios imputados por el Tribunal Supremo, se veían obligados el jueves a pedir su baja como militantes, que es la innovadora fórmula que ha encontrado Rajoy para salvar los muebles en estos tiempos de mudanza y, de paso, poder salir de debajo de las piedras antes de que, con sus ausencias, el electorado se olvide de que es el líder de la oposición.
Uno entiende que para Rajoy no han sido los mejores días para dejar de fumar. A la semana de Matas, cuyo mérito al conseguir tres millones de euros para su fianza de unos bancos que no prestan ni en defensa propia es reseñable, le seguía la de L.B., o sea la de Bárcenas sin “ningún género de dudas”, y para colmo culminaba este jueves con el acto de glorificación deAznar en Sevilla frente a la torre del Oro, que ya es casualidad. ¿Qué debió de pensar el gallego al escuchar la lección de ética de su antecesor y su llamada a “no tolerar nunca ni minimizar la corrupción”?
Algo de esa corrupción es la que se trajo puesta el propio Aznar cuando tomó las riendas del partido y el caso Naseiro destapó que buena parte de sus más estrechos colaboradores se habían puesto de acuerdo para llevárselo crudo, aprovechando que el Pisuerga pasaba por Valladolid. A propósito del citado clan conviene recordar lo que decía el informe interno del PP redactado por Alberto Ruiz-Gallardón: “Los hechos revelan que el vicesecretario general Arturo Moreno consintió la existencia de un grupo identificable en una unidad de propositos politicos dentro del Partido, de forma no oficial, y con actuacion al margen de la estructura orgánica del Partido. Igualmente, se acredita entre los miembros del grupo una comunidad de intereses económicos al margen del Partido, cuya concreción se manifiesta en la sociedad Futuro Financiero”.
Entren los accionistas de Futuro Financiero se encontraba el ya citado Moreno, que fue el único del entorno más próximo a Aznar que vio truncada su carrera, aunque más tarde le lanzara algún cable Eduardo Zaplana (*) desde la Generalitat y se le hiciera hueco en la Telefónica de Villalonga. Con el resto, se pasó página: José María Michavila llegó a ministro; Miguel Ángel Cortés a secretario de Estado; Carlos Aragonés fue el sempiterno jefe de gabinete de Aznar; y Guillermo Gortázar fue diputado y ocupó cargos internos de relevancia.
Los tesoreros del PP
Más a más, a las órdenes de Aznar han estado todos los tesoreros del PP desde Rosendo Naseiro, que ya tenía posibles con sus negocios de tintorerías y transportes, pero que acabó convertido no sólo en un reconocido especialista en bodegones del siglo XVII sino en uno de los mayores coleccionistas, hasta el punto de que el Prado adquirió 40 para sus fondos por 26 millones de euros. Esta fijación por el arte es una constante en el gremio. Bárcenas explicó que el crédito de 300.000 euros que obtuvo del banco y que poco después devolvió en billetes de 500 euros era para comprar un cuadro de Van der Hamen, pintor del siglo XVI especializado, adivínenlo, en bodegones.
Si algo ha aprendido Rajoy de Aznar es a proteger a los tesoreros del partido. Tras su breve experiencia carcelaria, Naseiro se alejó de la política tras dejar claro que si el partido le abandonaba Fraga se enteraría de lo que valía un peine, razón por la cual Don Manuel le retiró para siempre el saludo, y eso que eran del mismo pueblo. A Ángel Sanchís, del que el informe de Gallardón revelaba que “sin competencia orgánica o estatutaria alguna, pretendió participar junto con Salvador Palop en operaciones de recaudación de fondos utilizando para obtener su confianza los nombres del Presidente-Fundador y del Presidente Nacional del Partido” se le compensó durante años con un sueldo de asesor, ya que a raíz del escándalo se creyó oportuno que no repitiera como diputado.
Apartados Naseiro y Sanchís, emergió Bárcenas, que a los 26 años ya era gerente del partido y que ha hecho su carrera en el PP con Aznar, hasta que Rajoy le heredó y le hizo senador por Cantabria. Es por tanto un hombre del ex presidente. La relación de los tesoreros con los líderes del PP ha sido siempre de gran intimidad, y ello por razones que no escapan a nadie. La primera, porque, al menos en un principio, los dirigentes populares se implicaron a fondo en la recaudación de fondos. Véase si no la carta que enviaba el propio Aznar a algunos empresarios antes de la campaña electoral para las generales de 1993: “Por estas circunstancias tan especiales puedes suponer lo necesaria que resulta tu aportación voluntaria, la que te sea posible en estos momentos de dificultades económicas, a los gastos de la campaña que se desarrollará por nuestra parte bajo el criterio de la austeridad”.
Y la segunda, porque los responsables de Finanzas disponen de datos precisos de las tripas de la organización, por decirlo finamente, y de ahí que Bárcenas, al que todos alaban, especialmente Arenas y Cascos, marcara su territorio nada más desatarse el escándalo de Gürtel, difundiendo que se había llevado a su casa nueve cajas con documentación y, de paso, diera un aviso a navegantes que fue recogido por el diario El País: “En el partido me tratan mucho peor que a Camps, y debería ser al revés, porque yo manejo una información delicada que Camps nunca tendrá y he cubierto las espaldas a mucha gente en estos años”. Verde y con asas.
En ese entorno es en el que floreció ese chico engominado llamado Correa, que sería un gran corruptor de mayores pero al que Aznar debía tenerle mucha fe, la suficiente como para encargarle la organización de la regia boda de su niña en El Escorial. Rajoy no se inventó a Correa ni al ministro Jaume Matas ni tampoco a Jesús Sepúlveda, el ex marido de Ana Mato, que antes de ser alcalde de Pozuelo y estar en la nómina de la trama, campaba por el PP con el aval de haber sido asesor del líder en su etapa al frente de la Junta de Castilla y León.
Omnipresencia de Aznar
Por resumir, los principales actores de esta tragicomedia obtuvieron su papel cuando la omnipresencia de Aznar era absoluta y, muy posiblemente, gracias a ella. Rajoy es un pusilánime al que se le puede reprochar no haber sido capaz de arrancar a tiempo las malas hierbas, pero las semillas ya habían florecido antes de que él tomara posesión del prado. ¿Qué pensaría Rajoy al escuchar este jueves a Aznar afirmar que los españoles no entenderían que el Partido Popular dejase de ser incompatible con la corrupción o que el partido que él empezó a dirigir en 1990 “fue implacable” contra ella? Pues que para ser estadista hay que tener la cara de cemento armado.
(*) Me llama Eduardo Zaplana para advertirme que él jamás afirmó que estaba en política para forrarse, como le atribuía la pasada semana, sino que la autoría de la frase, corresponde a Vicente Sanz. Lleva toda la razón y rectifico de mil amores. En realidad, lo que Zaplana dijo en la conversación que mantuvo con Salvador Palop el 11 de febrero de 1990 a las 13,22 horas, contenida en las cintas del caso Naseiro que luego fueron anuladas, era lo siguiente:
“Me tengo que hacer rico porque estoy arruinado (…) Estoy trabajando mucho, pero estoy arruinado (…) Me lo gasto todo en política (…) ¡Ay..! tengo que ganar mucho dinero para vivir”.
En la charla, Zaplana aconsejaba a Palop cómo pedir una comisión sobre un solar: “Y entonces le dices, bueno yo una comisioncita. Le pides dos millones de pelas o tres, lo que quieras (…) ¿Eh? Lo que te dé y me das la mitad bajo mano”. Puede leer aquíla conversación íntegra.