NOTA DE VREDONDOF : Hoy empiezo la publicacion de esta serie de articulos que he encontrado navegando , en un principio me han parecido interesantes , lo unico que dan un poco de miedo en funcion del blog en los que se publican , por aquello de ACRATA (sinonimo de ANARQUISTA).
Hay que estar abierto a todas las formas de pensar , para tener el mayor CONOCIMIENTO DE CAUSA.
Hay que desmitificar los mitos , uno de ello es el ACRATA su definicion es :
adj. y com. Partidario de la acracia o supresión de toda autoridad:
los ácratas defienden una sociedad sin gobierno.
en una definicion mas amplia , es
Acracia (del griego α-, "no" y κράτος, "fuerza, violencia") y ácrata son sinónimos de anarquía y anarquista respectivamente, aunque la raíz del concepto no es la misma. Anarquía alude a la falta de un principio o poder que organice verticalmente la sociedad; acracia, a la ausencia de coerción, es decir, acracia significa orden voluntario.
La acracia es un orden basado en el axioma de no coacción, donde las reglas de convivencia son resultado de pactos voluntarios. Los ácratas no aceptan la legitimidad de ninguna imposición, desde su perspectiva, para que una acción tenga valor moral debe emanar de la decisión libre de quien la emprende. Para ellos, las personas no han nacido para obedecer, sino para decidir por sí mismas.
La acracia es un orden basado en el axioma de no coacción, donde las reglas de convivencia son resultado de pactos voluntarios. Los ácratas no aceptan la legitimidad de ninguna imposición, desde su perspectiva, para que una acción tenga valor moral debe emanar de la decisión libre de quien la emprende. Para ellos, las personas no han nacido para obedecer, sino para decidir por sí mismas.
Fuente(s):
wikipedia
Tambien
Acracia viene del griego y significa sin poder, ácrata es el seguidor de la acracia, osea, el que no quiere poder; es lo mismo que anarquista, que es aquel que pretende la anarquía o ausencia de gobierno.Para que esto se produzca, hace falta una organización de la sociedad basada en la libre asociación de individuos libres.Por eso se dice que la anarquía es la máxima expresión del orden, pues para que nadie este por encima de nadie, la sociedad tiene que estar auto-ordenada por sí misma.
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La Prospectiva es, como ciencia, el conjunto de análisis y estudios sobre las condiciones técnicas, científicas,económicas y sociales de la realidad futura con el fin de anticiparse a ella en el presente. Ácratas reproduce a partir de hoy, bajo el epígrafe general de "Energía, demografía y crisis capitalista", cinco artículos prospectivos cruciales para conocer el futuro. Nunca más necesario y oportuno, puesto que hoy mismo Nicolás Sarkozy ha advertido, en su recién estrenada presidencia del G-20, que asumirá, aparte de algunas quimeras y señuelos sobre el hambre y la justicia, la creación de una nueva moneda única internacional, lo que —no se nos oculta— constituye la gran quimera u objetivo del Sanedrín Financiero, que lleva muchos años amontonando oro para erigirse (del mismo modo subrepticio y fraudulento en que pergeñó la FED) en la única camarilla facciosa capaz de respaldarla. Aquellos lectores que quieran saber cómo reaccionar ante la compleja crisis presente y su recrudecimiento futuro—bien sea para evitar sus consecuencias o para, al menos, saber de qué morirán— deben leerlos atentamente hasta entenderlos bien o aprendérselos de memoria.
LAS TRES OLAS MONSTRUOSAS
En la mar, se desencadenan algunas veces tormentas terroríficas, cuando coinciden trenes de olas de gran energía y diferente longitud de onda que se entrecruzan. La mar de fondo de un lejano tsunami, una próxima tormenta tropical y la marea adversa arbolan la mar de tal modo, que la hacen innavegable. Así es como miles de buques bien patroneados y pertrechados se han ido a pique en todos los mares del mundo. En estos momentos, España —y con ella, la mayor parte del mundo occidental— es como una de esas
naves que está siendo vapuleada por tres pavorosos frentes de olas:
—la crisis económica provocada por la acumulación de capitales inactivos que, ansiando rentabilidad, buscan arriesgadas inversiones, provocando tremendas burbujas que acaban por estallar como recientemente lo ha hecho la del ladrillo;
—la crisis energética y productiva, derivada de que el mundo ha rebasado hace unos años el techo de extracción de crudo, así como el de decenas de minerales imprescindibles para la creciente industria mundial;
—y la crisis del envejecimiento de la población, debida, por un lado, a la baja natalidad de las mujeres, abocadas a un trabajo asalariado; y por otro, a la acumulación de ancianos que encarece los gastos sociales hasta cotas nunca imaginadas.
Aunque ya ahora mismo los efectos de la tormenta sobre la humanidad resultan pavorosos, de seguir las cosas con las mismas tendencias actuales, ésta alcanzará su máxima capacidad destructiva en 2030: cuando el sistema financiero, agotado por su elefantiasis, se ataree en especular con los precios de los recursos naturales; cuando el petróleo se produzca en cantidades propias de 1975; y cuando los nacidos en el baby boom alcancen la edad de jubilación. En ese trance, convivirán separados por una sima infranqueable dos mundos en Occidente: el de los opulentos que puedan permitirse comprar productos a precios desorbitados por razón del costo de la energía para producirlos y tranportarlos; y el de los miserables, sometidos a una economía de mera supervivencia, completamente esclavizados.
El Sanedrín Financiero que gobierna el mundo tiene la intención de resolver el problema de las tres olas destructivas, de aquí a 2030, así:
—expoliando los recursos energéticos de los países productores a base de intervenciones militares, como la que se practicará muy pronto en Irán (riquísimo en reservas de crudo), que se prepara justamente estos días en las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, tuteladas por la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton;
—elevando consecuentemente los precios de los fabricados que precisan de esos recursos, que así quedarán fuera del alcance de los pobres;
—y, más que probablemente, exterminando a millones de los más onerosos ancianos grandes dependientes mediante enfermedades respiratorias altamente contagiosas, de especial diseño, como la que, en abril de 2009, intentó propagar el laboratorio Baxter, combinando gripe estacional y aviar en decenas de miles de vacunas que iban a inocularse precisamente a los ancianos como dosis "de recuerdo" de la vacuna antigripal de otoño.
No obstante lo antedicho, el mundo occidental tiene esta otra vía para seguir a flote a pesar de la gran tormenta:
—contra la ola de la escasez energética, emplear la cordura en el consumo, la eficiencia en los procesos industriales y la racionalidad en la distribución, que permitiría una reducción de más de un 30% de la energía consumida actualmente;
—contra la ola del exceso de dinero que provoca la crisis económica y laboral, aplicar un sistema impositivo radical para los más ricos, que reduzca la acumulación de capitales ociosos a la mitad, a nivel mundial, impidiendo operar a los paraísos fiscales;
—y con el dinero recaudado con tal sistema impositivo, contra la marea del envejecimiento poblacional, practicar la compasión y la solidaridad con los ancianos, pues constituyen un problema que se resolverá él solo, al cabo de unos cuantos años.
Entre estas dos vías, los hombres libres habrán de elegir. Sabemos el camino que tomará el Sanedrín Financiero. Y, aunque ignoro si los civilizados occidentales estarán dispuestos a tolerarlo —el tiempo lo dirá—, lo que está claro a estas alturas es el futuro inmediato de este mal pertrechado navío llamado España, en medio de la peor tormenta de su historia, patroneado por un capitán inepto y negligente, y con cuarenta millones de superfluas ovejas estibadas en las cubiertas de carga, ensordecidas por los embates del agua contra el casco y por sus propios balidos de terror.
MESS
LAS TRES OLAS MONSTRUOSAS
En la mar, se desencadenan algunas veces tormentas terroríficas, cuando coinciden trenes de olas de gran energía y diferente longitud de onda que se entrecruzan. La mar de fondo de un lejano tsunami, una próxima tormenta tropical y la marea adversa arbolan la mar de tal modo, que la hacen innavegable. Así es como miles de buques bien patroneados y pertrechados se han ido a pique en todos los mares del mundo. En estos momentos, España —y con ella, la mayor parte del mundo occidental— es como una de esas
naves que está siendo vapuleada por tres pavorosos frentes de olas:
—la crisis económica provocada por la acumulación de capitales inactivos que, ansiando rentabilidad, buscan arriesgadas inversiones, provocando tremendas burbujas que acaban por estallar como recientemente lo ha hecho la del ladrillo;
—la crisis energética y productiva, derivada de que el mundo ha rebasado hace unos años el techo de extracción de crudo, así como el de decenas de minerales imprescindibles para la creciente industria mundial;
—y la crisis del envejecimiento de la población, debida, por un lado, a la baja natalidad de las mujeres, abocadas a un trabajo asalariado; y por otro, a la acumulación de ancianos que encarece los gastos sociales hasta cotas nunca imaginadas.
Aunque ya ahora mismo los efectos de la tormenta sobre la humanidad resultan pavorosos, de seguir las cosas con las mismas tendencias actuales, ésta alcanzará su máxima capacidad destructiva en 2030: cuando el sistema financiero, agotado por su elefantiasis, se ataree en especular con los precios de los recursos naturales; cuando el petróleo se produzca en cantidades propias de 1975; y cuando los nacidos en el baby boom alcancen la edad de jubilación. En ese trance, convivirán separados por una sima infranqueable dos mundos en Occidente: el de los opulentos que puedan permitirse comprar productos a precios desorbitados por razón del costo de la energía para producirlos y tranportarlos; y el de los miserables, sometidos a una economía de mera supervivencia, completamente esclavizados.
El Sanedrín Financiero que gobierna el mundo tiene la intención de resolver el problema de las tres olas destructivas, de aquí a 2030, así:
—expoliando los recursos energéticos de los países productores a base de intervenciones militares, como la que se practicará muy pronto en Irán (riquísimo en reservas de crudo), que se prepara justamente estos días en las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, tuteladas por la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton;
—elevando consecuentemente los precios de los fabricados que precisan de esos recursos, que así quedarán fuera del alcance de los pobres;
—y, más que probablemente, exterminando a millones de los más onerosos ancianos grandes dependientes mediante enfermedades respiratorias altamente contagiosas, de especial diseño, como la que, en abril de 2009, intentó propagar el laboratorio Baxter, combinando gripe estacional y aviar en decenas de miles de vacunas que iban a inocularse precisamente a los ancianos como dosis "de recuerdo" de la vacuna antigripal de otoño.
No obstante lo antedicho, el mundo occidental tiene esta otra vía para seguir a flote a pesar de la gran tormenta:
—contra la ola de la escasez energética, emplear la cordura en el consumo, la eficiencia en los procesos industriales y la racionalidad en la distribución, que permitiría una reducción de más de un 30% de la energía consumida actualmente;
—contra la ola del exceso de dinero que provoca la crisis económica y laboral, aplicar un sistema impositivo radical para los más ricos, que reduzca la acumulación de capitales ociosos a la mitad, a nivel mundial, impidiendo operar a los paraísos fiscales;
—y con el dinero recaudado con tal sistema impositivo, contra la marea del envejecimiento poblacional, practicar la compasión y la solidaridad con los ancianos, pues constituyen un problema que se resolverá él solo, al cabo de unos cuantos años.
Entre estas dos vías, los hombres libres habrán de elegir. Sabemos el camino que tomará el Sanedrín Financiero. Y, aunque ignoro si los civilizados occidentales estarán dispuestos a tolerarlo —el tiempo lo dirá—, lo que está claro a estas alturas es el futuro inmediato de este mal pertrechado navío llamado España, en medio de la peor tormenta de su historia, patroneado por un capitán inepto y negligente, y con cuarenta millones de superfluas ovejas estibadas en las cubiertas de carga, ensordecidas por los embates del agua contra el casco y por sus propios balidos de terror.
MESS
ENERGÍA, DEMOGRAFÍA Y CRISIS CAPITALISTA (I)
(OTRA NOTA de vredondof : pido perdon por MIS limitaciones literarias .El hacerlo mejor (no mucho) me cuesta dedicarle media hora mas a un escrito como este , y la verdad es que, ademas de no tener tiempo , tengo poca paciencia , por ello, (y nuevamente) pido disculpas por las susodichas limitaciones)