El espejismo de los 40.000 millones en la 'hucha' de la Seguridad Social
@Carlos Sánchez - 11/06/2007
La voracidad de la clase política a la hora de vender su mercancía electoral ha convertido al Fondo de Reserva de la Seguridad en un formidable aparato propagandístico.
Este Gobierno, como antes lo hizo el de José María Aznar, vende a la opinión público que la prueba del nueve que demuestra la salud financiera del sistema público de pensiones es la existencia de una gigantesca 'hucha' de más de 40.000 millones de euros que no deja de engordar, y que ya representa nada menos que el 4% del Producto Interior Bruto.
Según ese análisis, la sostenibilidad del sistema estaría garantizada por la existencia de tan abultado excedente, lo que explicaría que, desde que el Partido Socialista llegara al poder, el ministro Caldera no haya adoptado ni una sola decisión de calado sobre el futuro de la Seguridad Social. Meros retoques que en nada afectan a la columna vertebral del sistema.
Vaya por delante que creo que el mejor sistema de pensiones es el de reparto, no el de capitalización. Básicamente, por los instrumentos de solidaridad que incorpora. Tanto desde el punto de vista intergeneracional como intrageneracional. Teniendo en cuenta, sobre todo, que vivimos en un mundo en el que el otro gran instrumento de reequilibrio de rentas -los impuestos directos- se baten en retirada. Por lo tanto, sin la existencia de un sistema de pensiones basado en el reparto y sin un sistema fiscal justo, eficiente y comprometido con la solidaridad de las personas, estaríamos hablando de un modelo social muy distinto. Probablemente más insolidario, con lo que ello conlleva desde el punto de vista de la cohesión social.
Por eso, precisamente, causa sorpresa la inactividad del Gobierno en materia de pensiones. Lo cual es todavía más chocante teniendo en cuenta que está demostrado que las reformas hechas con consenso durante los periodos de bonanza económica -como el actual- son más eficaces que las que se hacen en periodos de convulsión política y de escaso crecimiento. Por si alguien no lo recuerda, esos 40.000 millones de euros apenas representan ocho mensualidades de la Seguridad Social, es decir, una cantidad mínima e irrelevante respecto de los compromisos de pago que ha adquirido el sistema público de pensiones con los actuales ocupados, que entrarán en avalancha al sistema a partir de mediados de la próxima década.
Da la sensación, por lo tanto, de que el Fondo de Reserva está actuando como una especie de adormidera colectiva, toda vez que la opinión pública, y de eso se encargan los gobiernos, analiza las cuentas de la Seguridad Social a la luz de un espejismo.
La verdad es que sorprende que la Comisión parlamentaria de seguimiento del Pacto de Toledo no haya hecho una análisis riguroso de las consecuencias que, para el conjunto del sistema, tendrá en los próximos años la sociedad de bajos salarios en la que vivimos. Es más que probable que lo que paga a la Seguridad Social el 90% de los nuevos ocupados de los últimos años no resista un mínimo calculo actuarial, lo que significa que el sistema público de pensiones está asumiendo compromisos futuros de pago carentes de la dotación financiera necesaria. El principio de contributividad es, como se sabe, uno de los ejes del Pacto de Toledo, pero hay dudas razonables de que ese principio se esté cumpliendo, lo que impedirá acabar con los complementos de mínimos, una de las sangrías del sistema durante muchos años.
Sólo con comprobar cómo entran y cómo salen de las listas del INEM los trabajadores menos cualificados –principalmente inmigrantes-, uno se da cuenta de que hasta qué punto el sistema de protección social tiene agujeros que hoy por hoy nadie quiere tapar.
El que el número de trabajadores con cobertura económica de desempleo no deje de crecer, en un contexto de extraordinario crecimiento, es algo que debería hacer reflexionar a nuestra clase política. Sin esperar a que vengan tiempos peores.
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En el Foro aclara Agio :
La SS, está abocada en un futuro próximo a un serio desfase entre ingresos por cuotas y prestaciones.
Hay muchos pensionistas que con sólo 15 años de cotización han accedido a pensiones que se van revalorizando por encima de la media de otras con mayores cotizaciones.
Un trabajador que tenga 35 años cotizados y 65 años, al jubilarse obtiene el 100% de su base reguladora obtenida de la suma de los 15 últimos años, revisadas con el índice de actualización las 13 penúltimas y los 2 últimos años por las bases cotizadas divididas por 210.
Así se obtiene su base reguladora y sobre eso gira el 100%.
Por contra un trabajador con 42 años cotizados y 63 años se le aplica el 88% de esa base como la del trabajador anterior.Por ello, hay un perjuicio para este último que cotizó más que el primero. Como observaran no parece justo que un trabajador cotice 42 años y obtenga incluso menos que uno con 35.
Otro problema añadido, es la extensión universal de las prestaciones de la SS a todo el que viene por el simple hecho de empadronarse.El gasto sanitario es enorme y ya son muchos (como algunas noticias así lo atestiguan) que se empadronan en la distancia y hacen viajes para operarse en la SS sin haber cotizado un euro.
Muchos inmigrantes utilizan el arraigo familiar para traerse a sus hijos, padres, suegros y hermanos y así otener una sanidad gratis para ellos.
Si se compara las bajas cotizaciones de muchos de estos trabajadores o empadronados aquí, el cálculo entre lo aportado y las prestaciones familiares recibidas son ruinosas para el Sistema.
Una cosa es la solidaridad y otra hacer el tonto.
Respecto a la colocación en renta variable de esos 40 mil millones para capitalizarlos, hay que tener en cuenta que si hasta ahora esos fondos están invertidos en deuda pública con una rentabilidad del 3%, es posible que a través de un fondo con activos subyacentes en la deuda variable obtenga una rentabilidad mayor, pero tambien se puede perder bastante, pues todos sabemos que la bolsa no siempre obtiene ganancias.
Parece ser que este caramelo que se disputan muchas entidades bancarias y fondos de inversión va a ser entregado a una sociedad del grupo Intermoney de los amiguetes del gobierno.No obstante, antes de invertir, debería haber un amplio conceso entre los afectados, gobierno,oposición, trabajadores,sindicatos y garantizar un mínimo de rentabilidad, no sea peor el remedio
Cuando me he referido a los sindicatos como parte integrante del conceso para decidir la forma de invertir esos fondos de la SS no lo hago pensando sólo en CCOO y UGT cuya implantación a nivel nacional es del 10%.Hay sindicatos como el CSIF y otros que agrupan a profesionales,funcionarios y actividades diversas.Por ello, es más dificil que todos esten de acuerdo en algo que les puede hacer pupa ante los trabajadores que si las decisiones las toma solo el Gobierno y las entidades financieras.
Evidentemente si el Consejo Economico y Social no estuviese politizado sería un organo de cogestión necesaria, bajo la supervisión del Tribunal de Cuentas y Banco de España para garantizar en todo momento la mejor gestión de esos recursos que son de los trabajadores.
Actualmente en España hay un déficit elevado de residencias para mayores que en su mayoría tienen que vivir solos por no poder acceder a una plaza en residencia publica con listas de espera de hasta 4 años.Por otro lado las privadas son inaccesibles, salvo que estos ancianos vendan sus pisos para pagarselas (hipotecas inversas).Ahora llegan los inmigrantes y se encuentran colegios con aulas de 25 alumnos,y los que tenían hijos antes en edad escolar compartian aulas con 45 alumnos, estos con becas, los otros no.Libros y comedores gratis según rentas y así a todos los niveles de ayudas a viviendas, etc.
Mientras las residencias brillan por su ausencia para aquellos que ayudaron al desarrollo de lo que hoy disfrutan los inmigrantes.
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Tambien aclara J&L
Creo que se están mezclando términos de manera algo confusa.
Una cosa es el gasto en pensiones y otra, distinta, el gasto sanitario. Uno se financia básicamente de cuotas de empresarios y trabajadores por ese concepto, Base de Cotización, el otro se financia además de por los mismos, en concepto aparte y por el presupuesto del estado que Hacienda destine, o conceda, para ello.
Ahora mismo el gasto por sanidad es tremendo como consecuencia, entre otras, de ese aumento exagerado de beneficiarios provenientes del exterior, coticen o no a la seg. Social, pero no el gasto de pensiones aún no refleja la presencia de esos nuevos ciudadanos.
No todos los extranjeros cotizan a la S.S., luego no todos generan derecho a pensión. Y los que si lo hagan, cobrarán una pensión al igual que los demás cotizantes del país, en función de lo cotizado.
Otra cosa es que, cuando llegue su momento, tengan derecho a una pensión no contributiva, que por pequeña que sea, y se tiende a que se vaya aproximando al SMI, puede crear un buen agujero económico. Pero el remedio es tan fácil como separar la caja de las pensiones contributivas, pagadas por trabajadores y empresarios, de las no contributivas.
PENSIONES. El sistema actual que alguien califica como piramidal, es injusto. Sabemos perfectamente que la cotización de un asalariado corresponde normalmente a la cuantía de la renta que percibe por su trabajo, pero no es así en el caso del autónomo, ni tampoco en la economía sumergida.
El sistema actual va cargando la cuantía de la pensión sobre la espalda del cotizante actual, no sobre lo que el jubilado ha devengado en su día.
En un sistema de capitalización, cada uno obtendría lo que hubiera generado, y las personas que por los bajos salarios percibidos no llegaran a una pensión mínima debería de completarse vía presupuesto del estado. Para eso también paga impuestos vía IRPF el cotizante en activo, y despejaría sombras sobre la famosa caja, ayudándose además de los planes privados de pensiones.
Y no veo que la amenaza al sistema de pensiones venga de los trabajadores si cada vez se extenderá más el período cotizado, hasta llegar a toda la vida laboral, para calcular su pensión generada.
Si además los sueldos son cada vez menores en términos de poder adquisitivo, como sucede desde hace unos años, cotizarán menos y cobrarán menos.