Se entiende el estrés que debe sentir la canciller ante tipos que representan la otra forma de orientarse en la vida, la de “los iluminados”, como Rodríguez Zapatero. Lo que no impide, sospecho, una secreta admiración, más perceptible en el caso de otro iluminado como Sarkozy… pero eso es otra historia.
Presencié por la tele (canal 24 horas) la rueda de prensa del Jueves pasado de Angela Merkel y Mariano Rajoy desde Davos. Y mientras escuchaba las frases que casi podríamos haber escrito antes todos los periodistas pensaba en la sensación que debía sentir Angela Merkel de haberse quitado un peso de encima. Tras el idilio de los últimos meses con el una vez utópico Rodríguez Zapatero, Angela Merkel me recordaba a la amante que regresa al lecho conyugal tras una ausencia obligada por las circunstancias. “Con Rajoy, todo lo que hablemos se sobreentiende”, debía pensar. No tengo que convencerlo de nada, no tengo que amenazarlo con nada, no tengo que ponerme en guardia por si se le ocurre una idea genial, simplemente las cosas son como son y se hacen “como Dios manda”.
El de Rajoy y Merkel es un matrimonio político natural, no como el de Rodríguez Zapatero que era una unión de hecho, derecho y necesidad con los días contados.
Por definición, el sentido común, como la reivindicación de la bandera, se considera patrimonio conservador.
Opino, sin embargo, que el sentido común debería tener un Ministerio sin Cartera en el gobierno español. En el gobierno alemán no es necesario, ya que, por definición, se considera implícito a cada alemán por el mismo hecho de serlo.
Con el sentido común se puede hacer lo que se quiera sin contradecirse, adaptarse a las circunstancias. ¿Hay algo más progresista que cambiar de opinión?
De Merkel se ha dicho que es la canciller perfecta en el partido equivocado. Que en realidad es una socialdemócrata infiltrada. Y se citan sus cambios de opinión radicales, siempre en la misma dirección: nucleares “no, gracias”; bajadas de impuestos de momento “no, gracias”; servicio militar obligatorio “ya basta, gracias”, regulación de los mercados financieros… “si Dios quiere” y, con un poco de suerte… “gracias a Dios”.
De hecho, a estas alturas todos saben ya que si Alemania le va tan bien es porque después del suicidio político del SPD con la Agenda 2010 de Schröeder Angela Merkel contó con el SPD en el gobierno para superar la brutal crisis financiera de 2008. Lo mejor que le pudo pasar en 2005 fue precisamente que no pudo conseguir una mayoría suficiente para gobernar con sus actuales socios, la tropa de pepinillos liberales.
¿Cuánto siglos tendrán que pasar para que en España veamos una Gran Coalición? En momentos realmente delicados España se polariza, en lugar de converger hacia soluciones comunes.
Bueno, pues ha llegado el momento en que, como en España es imposible una Gran Coalición, lo que vamos a tener es una “Grosse Koalition”. Es decir: ha llegado el momento de empaparnos de sentido común alemán.
La agenda 2010 alemana empezó precisamente en España en 2010. Mientras las hormigas alemanas se aplicaban hace 10 años a poner en orden la casa las cigarras españolas pedíamos “otra de gambas” a cuenta de la hipoteca.
Una idea repite incansable Angela Merkel los últimos dos años: si queremos sobrevivir, tendremos que trabajar como chinos. El día en que China le quitó a Alemania el Campeonato Mundial de la Exportación, hace ahora 3 años, se convirtió en un verdadero trauma para la “virtuosa ama de casa suava”. (Nota: La imagen de la ama de casa de Suavia, centro de Alemania, región compartida por Baden-Württemberg y Baviera, es la imagen típica del ahorro y la aplicación germana y se le suele atribuír a Angela Merkel).
Trabajar como chinos y cobrar como chinos. ¿Y vivir como chinos? Creo que bastará con vivir como los alemanes. “Kartoffeln Braten” en lugar de “otra de gambas”.
Leeré con atención la reforma laboral que presente el gobierno español. A estas alturas creo que todos esperamos ya que despedir un trabajador será todavía más sencillo. Lo que no sé si estará tan claro es que contratar a un trabajador se convertirá en algo muy sencillo. En Alemania el despido de un trabajador en una empresa de menos de 10 empleados (la gran mayoría) es completamente gratis para el empresario. Contratar otro prácticamente también. ¿Está ahí el secreto de la ausencia oficial de paro en Alemania?
Repartidos por las estadísticas como
“Kurzarbeiter (trabajador con horario reducido), “Leiharbeiter (trabajador de agencia temporal), “Minijobber” (trabajador ocasional con 400 €,
hay más de 7 millones de alemanes. Si no fuera por eso, el paro en Alemania podría estar ahora rondando los 10 millones, es decir, poco más o menos, el 23%, como en España.
Pero echemos mano del “Vernunft” : ¿qué es peor, un sueldo de hambre o el hambre de un sueldo?
Una de las reformas que me parece más urgente y que nadie parece necesitar es la de Educación. En Alemania la educación no se entiende como algo completamente separado del trabajo. De hecho, el Ministerio de Educación se llama de Educación y de Investigación. Y eso va en serio.
La única partida que Alemania no redujo hace 3 años fue la de investigación. Y para entrar en un puesto de trabajo hay inevitablemente un periodo puente en que el estudiante es a la vez estudiante y trabajador en prácticas. Sin eso, es prácticamente encontrar un trabajo en el futuro.
En España la conexión entre escuela, colegio, universidad con empresa está rota. Todos lo sabemos. Sin embargo, no en todas las áreas. Tenemos una ejemplar que podría servir como modelo para casi todas las profesiones: el MIR. El día que vea copiado el sistema de los Médicos Internos Residentes en el resto de facultades Universitarias pensaré que en el gobierno hay alguien con “Vernunft”.
Si yo fuera Rajoy empezaría por ahí. En algún “post” anterior ya he hablado de la importancia que las prácticas tienen en Alemania. Y es verdad que aquí también se dan abusos. Pero es que es que la perfección no existe ni en el sistema ni en la sociedad.
Lo que lamentablemente Herr Rajoy no podrá conseguir, por más reformas que emprenda, es insuflar en los empresarios españoles el sentido común de los empresarios alemanes. El “pietismo” alemán, la conciencia de responsabilidad colectiva, que obliga a un empresario a considerar a sus empleados como su segunda familia, a pensar a largo plazo y el con el empeño de mantener la empresa durante siglos, a no hacerse rico dando pelotazos, a no extraer de los beneficios empresariales lo que se debe invertir en innovación… eso no se consigue con una reforma laboral… sino, otra vez…con Educación.