En Aragón ya no queda dinero para subvenciones ni para ayudar a la cultura y al desarrollo. Sin embargo, el Ejecutivo autónomo no escatimó en gastos cuando decidió invertir 12,2 millones en una fábrica de avionetas ubicada en Villanueva de Gállego (Zaragoza) y 400 millones de euros en la nueva estación invernal de Castanesa. Además, aplicar la Ley de Lenguas en 203 municipios que hablan catalán o aragonés como lenguas “propias e históricas” supone para las arcas autonómicas un gasto de casi 25 millones de euros solo en personal, 130.000 euros para rotular en los dos idiomas, 87 señales de tráfico y otros 600.000 para las localidades bilingües.
Una de las primeras declaraciones de intenciones de la presidenta Luisa Fernanda Rudi al conquistar la región el 22-M fue revisar las competencias de todas las administraciones y aunque no desaparecerá ningún ayuntamiento, los consistorios más pequeños tendrán que apañárselas compartiendo “ciertos” servicios. Aragón cuenta con 32 comarcas que se rigen por un consejo comarcal, con presidente y entre 19 y 39 consejeros que cobran por asistir a plenos y comisiones.
En total, suman 900 consejeros y más de 2.000 empleados, de los que pocos más de cien son funcionarios. Las comarcas disponen de un presupuesto de 150 millones de euros, de los que más de la mitad van para pagar a sus empleados.
Mientras el anterior Ejecutivo regional se gastó 15 millones de euros en organizar el Gran Premio de Aragón en la Ciudad del Motor ubicada en Alcañiz (Teruel), un circuito que costó más de 150 millones, el servicio de Salud aragonés lleva un año sin pagar a Endesa y Gas Natural, el principal problema con el que se ha topado el PP al llegar al poder: “las facturas que están en los cajones”. Los hospitales de la región también deben a las farmacéuticas en medicamentos 202,6 millones de euros.
El PP regional tendrá que pagar este año 170 millones de euros por los gastos financieros generados por la deuda acumulada durante años. Una ruina construida a base de haber dilapidado obras fallidas como la de Gran Scala, el macroproyecto de la empresa Internacional Leisure Development (ILD) que, con el beneplácito del ex presidente socialista Marcelino iglesias, pretendía construir32 casinos, 70 hoteles y 6 parques temáticos en Los Monegros. Hasta se aprobó una ley específica en las Cortes de Aragón de Centros de Ocio de Alta Capacidad, pero cuatro años después no hay ni rastro de los dos millones de empleos que se iban a generar.
La idea era invertir 17.000 euros en una de las zonas más desérticas de Aragón que precisaba desembolsos públicos para realizar infraestructuras como el tren de alta velocidad, aeropuertos y autovías. Las obras del aeropuerto de Huesca, a menos de 100 kilómetros del de Zaragoza, se finalizaron en 2007 y cuenta con un presupuesto de gastos de 40 millones de euros para darle cobertura a poco más de 20.000 pasajeros al año, cuatro en el mes de noviembre, ninguno en octubre.
Edificios vacíos tras la resaca de la Expo
Zaragoza fue la sede de la última Expo, con un coste de 700 millones de euros. Tres años y medio después, los edificios que debían ser utilizados tras el fin de la muestra siguen vacíos. También queda el teleférico, que pierde 1,8 millones de euros al año al transportar entre 60 y 150 clientes diarios cuando podría mover a 2.600 personas cada hora.
En nada ha quedado la ampliación de las pistas de esquí de Cerler (Huesca) en la que se pretendían invertir 400 millones de euros para crear nuevas pistas y una estación, además de construir 4.000 viviendas y tres campos de golf. El megaproyecto envolvió de polémica al expresidente de Aragón, Marcelino Iglesias, dueño de 443.000 metros cuadrados situados junto al proyecto urbanístico del Alto Aragón. De hecho, la familia Iglesias hubiera sido uno de los mayores beneficiarios de haber tirado adelante el proyecto. Sin embargo, Rudi ha desechado la opción de denunciar a Marcelino Iglesias por su gestión al frente de Aragón responsabilizándole del despilfarro, tal y como planteó la Defensora del Pueblo: “No me gusta judicializar la Justicia, otra cosa es que hubiera un flagrante delito”.