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LA MENTIRA DE LOS POLITICOS

La palabra MENTIRA según la enciclopedia Wikipedia es lo siguiente:

"Una mentira es una declaración realizada por alguien que cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, ocultando siempre la realidad en forma parcial o total".
En política desde lo mas alto de nuestras instituciones hasta lo mas bajos… Desde la Casa Real, Gobiernos, Senado, CC.AA, Diputaciones,… Desde los Alcaldes, Concejales,… Desde los Secretarios Generales hasta los militantes con responsabilidad de los partidos políticos,… Todos esconden, deforman, contornan, difaman sistemáticamente la verdad 

¡Todos mienten con poco o muchos conocimientos de sus palabras; Son ciegos ofuscados por el poder, por su status, por el halagó del entorno son consentidos de ser importantes y amantes de los aplausos. La mentira es parte de la vida cotidiana de los políticos, la mentira pertenece a su sombra, para ellos la mentira es indispensable a su supervivencia.


Según observadores políticos un político vago tendrá éxito, un político fastidioso también, pero un político que no sabe mentir esta condenado al fracaso! 

Las pequeñas “menteligias “dan acceso a las grandes mentiras para después llegar y culminar a las mentiras electorales. 


Los nuevos o novatos políticos empiezan los discursos tradicionales con las siguientes frases; 

- No tengo más ambición que de servir a mis ciudadanos? 

– No soy un político tradicional ¿

- Soy un político diferente ¿-etc... etc... 

En el ranking de las mentiras políticas esta la del político que predica la “unidad del partido “ hay una regla que no esta escrita en la cual el partido debe parecer unido en cualquier circunstancia! Por eso ese “parecer “necesita un numero incalculable de mentiras; lo que cuenta es la apariencia de lealtad y de franqueza.


En política la mentira y el engaño son los lideres de la doctrina del partido, los que por fidelidad a los principios mas sagrados dicen lo que piensan, son tratados como parias por su propio partido, dicho de otro modo los que actúan con franqueza cometen un acto innoble, y los que se callan o esconde sus intenciones son gratificados en ser personas respetables y leales. 

La mentira ha engangrenado la clase política en su recoveco y creo que es importante buscar los orígenes de este mal: La respuesta es sencilla: 

si los políticos recurren a la mentira es que están convencidos de su rentabilidad.


Los políticos que son los más hábiles con la falacia o falsedad son los que más tiempos duran y con más éxito.


Alguien me dirá “ es que no hay político honesto? 

“ Aquí no se trata de honestidad, hay políticos con buenas intenciones, adicto y muy entregado a su labor y partido. 


Hay un escritor Frances (Pierre Lenain) que dice:

 “ Político honesto puede ser que los hayas pero políticos que no mientan: imposible! “ 

Es una verdad muy dura y que radica en la rentabilidad de la mentira; ¿y porque es rentable ?:

 Porque el pueblo lo recompensa con los votos.

 El mejor político mentiroso es el que gana, 

¿Por ignorancia de los ciudadanos al engaño del político? O por que no tiene otro modo de castigo.

Los ciudadanos saben perfectamente que el político miente; pero no saben contemplar la mentira en toda su amplitud y consecuencia. 

Aparece un político nuevo, una nueva figura, con don de palabras, con propuestas diferentes y convincentes y el ciudadano cae otra vez en la trampa…

Esa esperanza, ese voto se explica por el desconocimiento real de la mentira en política, ya que cualquier persona coherente que siga de “cerca “este político o partido perderá rápidamente las ilusiones 


Los políticos quieren y viven por el voto, dependen solamente de nosotros de hacérselo pagar y cuando mas caro mejor.






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Que no nos "mareen".
Vamos "al grano".
LO PRIMERO ES LO PRIMERO.
-
"El que CALLA, OTORGA".
CALLAR ANTE MAS DEL 10% DE PARO, ES OTORGAR LA RAZON AL GOBIERNO.
(VredondoF)

varios

NOTA DE VRedondoF :Por su interes publico una aportacion de "vamosdecraneosinodeculo" al foro de El Confidencial a proposito del articulo de Carlos Sanchez ¿Politicos a la carcel ?(nº 46 3/07/2011)
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De la tranparencia de la acción pública

Para resolver la ocultación de la información pública no hace falta inventar la rueda, que ya está inventada, sino copiar a los inventores.

Y da la casualidad de que en Europa ya hay legislación sobre esto.

Y da la casualidad de que el PSOE ganó las elecciones en 2004 con un programa electoral que incluía adoptar esas prácticas europeas:

"La Comisión Europea y diversos países de la Unión han adoptado normas destinadas a regular el acceso de los ciudadanos a los informes y archivos de las Administraciones como contribución decisiva a [los principios] de libertad, de democracia, de respeto de los derechos y libertades fundamentales y del Estado de Derecho"

"Los socialistas creemos que una democracia sólo puede fundamentarse en la transparencia en la acción pública, y por tanto en el libre acceso a la información por parte de los ciudadanos"

"Impulsaremos una Ley sobre el derecho al libre acceso a la Información que garantice que todos los poderes, autoridades públicas y entidades sostenidas con fondos públicos faciliten el libre acceso a toda información o documento oficial, con [excepción de] protección de datos o secretos oficiales"

"Facilitaremos el acceso a través de la red a la información y a los servicios públicos"

"Garantizaremos el acceso on-line de los ciudadanos a la evaluación del ingreso y gasto público a través de internet"


[Ver la página 41 y ss. del programa electoral de 2004]

Todavía tiene tiempo de meternos en Europa.

Pero yo tengo la impresión de que muchos líderes y dirigentes españoles creen que les va mejor si España no está en Europa.

De la cartera a la mochila. La Facultad de Ciencias Políticas (UCM). vivero de Ministros


*


Los resultados obtenidos en dichos comicios (un millón y cuarto de votos -casi un 8% de los emitidos- y cinco diputados) sorprendieron incluso a los propios candidatos. Para ser un partido recién nacido, realmente improvisado, dichos resultados eran todo un éxito.
Un año después, nadie sabe todavía si se trata o no de una efímera estrella fugaz. O mejor aún, de una de esas supernovas que, al liberar una enorme cantidad de energía, alcanzan una luminosidad mayor que el resto de la galaxia. Luego, su brillo disminuye lentamente hasta desaparecer por completo. Las encuestas realizadas en ese año indican que Podemos mantiene un apoyo electoral sostenido. En varias de ellas, figura como el primer o el segundo partido más votado.
¿Quiénes figuraban al frente de Podemos? Sus fundadores pronto salieron del anonimato. El cabeza de la lista electoral de Podemos, Pablo Iglesias Turrión, había aparecido, durante el último año, en algunos programas televisivos de debate político. Incluso dirigía y presentaba uno de ellos (La Tuerka), emitido por una cadena minoritaria. Las nuevas aplicaciones y programas informáticos (Youtube en particular), hacían posible ahora recuperar y ver muchas de aquellas intervenciones. En ellas podía apreciarse a Iglesias como un joven combativo pero educado, desenvuelto y fotogénico, que argumentaba bien y sabía mirar a la cámara. Su relato, de contenido moral, era sencillo, breve y emotivo. Esas intervenciones fueron decisivas en la forja de su popularidad e incluso en la imagen del nuevo partido.
Con su melena recogida y su sonrisa, su oratoria serena y su indumentaria estudiadamente descuidada, Pablo Iglesias era el único de los candidatos de Podemos que a comienzos de 2014 disponía de alguna notoriedad. En tiempos de personalización de la política, Podemos era, en aquellas fechas, (dicho sea con todos los respetos) “el partido del Coletas”. Su coleta era una alegoría de Podemos, como una balanza lo es de la justicia. Incluso su reconocible imagen fue utilizada, como reclamo identificativo, en las papeletas electorales de aquel partido cuyo nombre todavía ignoraban los electores.
Pablo Iglesias era, pues, el reconocible líder del nuevo partido. ¿Y los demás dirigentes? Los rivales electorales, los comentaristas políticos, el público curioso y fascinado por las novedades, comenzaron a divulgar quiénes eran y a qué se dedicaban. Y ellos mismos se prodigaron en los programas de debate político que se los disputaban con codicia.
Parecían muy jóvenes, más de lo que indica su fecha de nacimiento. Del mismo modo que Tierno Galván, con su indumentaria y sus modales, aparentaba ser viejo con treinta años, Monedero, también con chaleco, aparenta ser joven con más de cincuenta. En ambos casos, cada uno de ellos responde al zeitgeist de sus respectivas épocas. De la cartera a la mochila.
La leyenda atribuye a Napoleón el haber arengado a sus tropas, diciéndoles: “cada soldado lleva en su mochila el bastón de mariscal”. ¿Qué llevarán en sus mochilas Jorge Moragas, Pedro Sánchez, Alberto Garzón o Pablo Iglesias?
Al margen de otras circunstancias más o menos comunes (formación, edad, apariencia, vínculos con Izquierda Unida), pronto trascendió -en ello no había secreto alguno-, que varios de aquellos dirigentes de Podemos procedían (como licenciados, profesores o investigadores) de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
O sea que allí, en aquellas aulas, pasillos y despachos, en la cafetería y en la biblioteca, se habían formado los fundadores de este nuevo partido. Finalizaron, primero, la licenciatura. Sus profesores los recuerdan por sus desinhibidas intervenciones en las clases y su actividad en las asambleas. Más tarde, después de estudiar fuera de España y de doctorarse, se incorporaron a la Facultad como profesores o investigadores en diferentes departamentos. Allí solían comer juntos en la cafetería del personal. Colaboraban en imprecisos trabajos para el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, a donde viajaban a menudo. De algún modo, pues, en aquella Facultad se había gestado Podemos. Y esa asociación Podemos-Facultad de Políticas cristalizó de inmediato en el imaginario colectivo.
Establecido lo anterior, hubo quien dio por supuesto dos cosas: una primera, que en aquella Facultad, al parecer, además de enseñar ciencia política se aprendía a hacer política. Y la segunda, que esos profesores (a diferencia de otros políticos o periodistas con escasa formación académica), no podían ser unos indocumentados. Esto es, que cuando intervenían en los debates televisados, frente a la improvisación e insolencia de otros tertulianos, ellos sabían de lo que hablaban.
Porque la Universidad, sobre todo para quienes no han podido conocerla de cerca, conserva, a pesar de tanta incuria, parte de aquel prestigio tradicional, forjado en el lejano medievo, asociado al conocimiento.

2. La Facultad de Ciencias Políticas. Origen, normativa y primeros años durante el franquismo.
Del modo que acabamos de indicar, la Facultad de Ciencias Políticas de la UCM, apenas conocida hasta entonces, comenzó a estar en boca de mucha gente por su relación con Podemos. Algunos periodistas visitaron por primera vez aquel centro.
No es que fuera, ni mucho menos, una Facultad reciente; ni tampoco es de las menos nutridas de dicha Universidad: su alumnado actual (unos 4.000 estudiantes en los diversos cursos y especialidades) es superior en número al de otras muchas Facultades. Pero al no ser ésta una de las clásicas (como Medicina o Derecho, Farmacia o Filosofía y Letras), ni tampoco netamente científica (como Matemáticas, Física o Biología), su existencia y actividades habían tenido un impacto social menor que aquellas.
La ubicación de este centro, en el campus de Somosaguas, distanciado de la Ciudad Universitaria madrileña (en donde están situadas la mayoría de las demás Facultades), tampoco ayudaba mucho. De todo ello provenía el desconocimiento popular de esta Facultad, en particular para el público no universitario.
No siempre fue así. Sobre todo, durante muchos años, en que fue la única Facultad dedicada a ese tipo de estudios en toda la Universidad española. Pero, ¿cuál es el origen de dicha Facultad? Veámoslo con algún detalle.
En el BOE de 4 de agosto de 1944, aparece publicado el Decreto de 7 de julio del mismo año (firmado, claro está, por Francisco Franco), sobre la Ordenación de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad de Madrid. Esa fue su inicial denominación. Con dos secciones diferenciadas, pero una misma Facultad y titulación, estos estudios habían sido creados en España el año anterior (O.M. de 7 de septiembre de 1943. BOE, 10 sept. 1943).
Según relata el profesor Juan Velarde, durante la República comenzaron los estudios universitarios de economía. Incluso fue creada una Facultad de Ciencias Económicas en la Universidad de Valencia (que desapareció a principios de 1939). Finalizada la guerra, el proyecto de reanudar esos estudios en la Universidad de Madrid tenía bastantes partidarios, figurando entre ellos incluso el propio ministro Ibañez Martín. Pero los falangistas se inclinaron por la creación de un nuevo centro que, al modo de laLondon School of Economics and Political Science, integrase los estudios de materias políticas y económicas.
Otra O.M. (BOE, 8 octubre de 1943), “establece las disciplinas que componen el primer curso” de dicha Facultad. Con ello se trataba, según indica esta Orden, de facilitar la matrícula. Los promotores no querían perder el tiempo, pues las expectativas eran prometedoras. De nuevo Juan Velarde, integrante de aquel curso bautismal, recuerda que se matricularon unos mil alumnos.
Constaba ese primer año de cuatro asignaturas: Historia Universal moderna y contemporánea, Instituciones de Derecho privado, Instituciones de Derecho público y Complementos de Matemáticas. Dichas disciplinas eran idénticas para todos los alumnos, sin distinción alguna -todavía-, entre las dos secciones indicadas (Políticas y Económicas). El 2 de noviembre (día de fieles difuntos) de 1943, comenzaron a impartirse las clases, de modo experimental e improvisado, en el Paraninfo del viejo caserón de la madrileña calle de San Bernardo.
Aquel año de 1943 (IV año de la Victoria) fue muy significativo en la vida universitaria española de posguerra, debido a la publicación de la Ley sobre Ordenación de la Universidad Española (BOE, 31 de julio de 1943). Con esta Ley el franquismo afrontaba, finalizada la guerra civil y en plena actividad bélica la segunda guerra mundial, la organización de la Universidad para ponerla al servicio del régimen. Marcaría una larga etapa. Un período de más de treinta años, que incluye la época más dura, en todos los sentidos, de la posguerra española.
Dicha Ley establecía la existencia en toda España de doce Facultades universitarias, entre las cuales figuraba ya (anticipadamente, desde luego) la de Ciencias Políticas y Económicas. Estaba gestándose.
Como veremos de inmediato, la LOUE de 1943 es una norma, muy minuciosa y reglamentista, netamente impregnada de la ideología del franquismo victorioso. Basta con leer su exposición de motivos, muy prolija, para advertir que la afirmación anterior no es exagerada. Es muy perceptible en ella el doble influjo, católico y falangista, en su mutuo y confluyente empeño por diseñar la Universidad del nuevo Estado, influir en su desarrollo e incluso en su control ideológico.
Al leer ahora dicho texto, setenta años después de ser escrito, la reacción que produce es una mezcla de hilaridad por su contenido y de compasión hacia quienes, estudiantes y profesores, estuvieron sometidos a lo allí indicado. Para comprenderlo, hay que admitir que era preciso sobrevivir, aunque fuera bajo aquel oprobio. Peor era el exilio, la cárcel o la muerte, sin duda alguna. Parece increíble que salieran algunos académicos decentes entre aquellos escolares. Pero así fue. Mencionaré un único y conocido ejemplo de ello. El premio extraordinario de la aquella primera promoción, en la sección de Económicas, fue obtenido por José Luís Sampedro.
Quizás, a la postre, a despecho de lo que creen algunos administrativistas y gobernantes, las leyes no lo pueden (ni lo explican) todo. Por sus resquicios de su articulado, mal que bien, se abre camino la hegeliana astucia de la razón, aunque sea en el crepúsculo. Y así, en 1956 y 1968, por ejemplo, hubo razonables estallidos universitarios de protesta contra dicha Ley, y contra el propio sistema político que había promovido esa y otras normas inicuas.
Esta norma, luego de un mitificado y pintoresco recorrido por los estudios medieval (Salamanca) y renacentista (Alcalá) -camino preñado de “luminosidad radiante”-, sostiene que, con el siglo XVIII, aquella Universidad “perdió sus lumbres y esplendores”. El escepticismo, la influencia racionalista francesa, la apertura “a toda suerte de exotismos”, muestran en el siglo XIX una vida académica desquiciada, en la cual “hasta el amor a la Patria se sentía con ominoso pudor, ahogado por la corriente extranjerizante, laica, fría, krausista y masónica de la Institución Libre”.
De este modo, según este primoroso texto, continuó la decadencia hasta que, “el ínclito General Primo de Rivera rescató a la Universidad de su fatal descamino”. Sin embargo, breve fue ese rescate. Muy pronto, “la República lanzó a la Universidad por la pendiente del aniquilamiento y desespañolización”. Así es como esta Ley presenta el período conocido como Edad de Plata de la cultura española, sin duda el más fecundo de la historia de la Universidad y la ciencia en España.
Finalmente, añade, “al recuperar España su substancia histórica con el sacrificio y la sangre generosa de sus mejores hijos en la Cruzada salvadora de la civilización de Occidente…”, ahora pueden organizarse las cosas como es debido.
Por ello, “la Ley quiere ante todo que la Universidad del Estado sea católica. Todas sus actividades habrán de tener como guía suprema el dogma y la moral cristiana y lo establecido por los sagrados cánones respecto a la enseñanza”.
Si bien, por si hubiera alguna duda, la Ley también “exige el fiel servicio de la Universidad a los ideales de la Falange, inspiradores del Estado, y vibra al compás del imperativo y del estilo de las generaciones heroicas que supieron morir por una Patria mejor”.
De atenerse a ello, los estudiantes habrían de ser mitad monjes, mitad soldados. Prietas las filas, recias marciales; la mirada clara y lejos, y la frente levantada.
En el artículado de esta norma, aquellos principios aparecen como explícita consigna. El artículo 3º, por ejemplo, reza lo siguiente: “La Universidad, inspirándose en el sentido católico, consubstancial a la tradición universitaria española, acomodará sus enseñanzas a las del dogma y de la moral católica y a las normas del derecho canónico vigente”. Y el artículo 4º, a su vez, indica: “La Universidad española, en armonía con los ideales del Estado nacionalsindicalista, ajustará sus enseñanzas y sus tareas educativas a los puntos programáticos del Movimiento”.
Cabe recordar, por último, una cosa más. Esta LOUE de 1943 exigía, asimismo, que los Rectores, nombrados por el Ministro, han de ser “militantes de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.”. Todos los profesores, antes de su nombramiento e incorporación a la función docente, tenían que demostrar “la firme adhesión a los principios fundamentales del Estado, acreditada mediante certificación de la Secretaria General del Movimiento”. Y todos los estudiantes, desde luego, quedaban integrados obligatoriamente en el Sindicato Español Universitario (S.E.U.), otra organización política de la Falange. Las cuotas a dicho Sindicato, para que nadie pudiera eludirlas, eran cobradas conjuntamente con la matrícula académica.
Y dejemos ya esta pintoresca Ley, por fortuna una reliquia de un tiempo triste. Pero no sin antes recordar que, con leves retoques, debidos sobre todo al imparable incremento del alumnado en los años sesenta, permaneció en vigor hasta la Ley General de Educación (BOE, 6 de agosto de 1970). Esta última norma, que no derogaba expresamente a la anterior, era mucho más técnica, más flexible y estaba ya menos politizada. Por entonces, la Facultad de Políticas de la Complutense quería ya parecerse a la de Ciences-Po de Nanterre.

3. La inicial Facultad de Castiella.
Volvamos, pues, al origen de la Facultad de Políticas. El mencionado Decreto de agosto de 1944 venía a ordenar la incipiente Facultad de Políticas y Económicas. Una vez más, la extensa exposición de motivos del mismo es muy expresiva no sólo del espíritu (nacional, por supuesto) de aquellos tiempos, sino también del propósito que orientaba a sus promotores. Si toda la Universidad estaba intensamente politizada, no lo iba a ser menos una Facultad de Políticas y Económicas. Basta, para advertirlo, con fijarse en unos breves párrafos.
“A la nueva Facultad corresponde una misión de gran alcance. A ella son llamados los hombres que sientan la vocación de los temas políticos y económicos para que, con el ánimo y el rigor que la vida universitaria exige, puedan forjar una fecunda doctrina española. Las tareas de gobierno requieren, por otra parte, una preparación cuidadosa…”.
Suele creerse –añade otro de sus párrafos- que el hombre de gobierno se forma en la vida sin recurrir a estudios especiales, pero es ésta una fórmula bastante esquemática para ser verdadera. […] En nuestro pueblo, tan propicio a creer en los espontáneo, se hace preciso acentuar la necesidad y eficacia de la formación lenta y seria aun para las actividades más intuitivas”.
O sea que la actividad política es intuitiva, pero requiere de una buena formación. Aunque eso no lo escribió nadie de Podemos.
Probablemente en la redacción de ese texto hubo de intervenir un destacado político e intelectual del franquismo, quien, el año anterior (justo al iniciarse las clases), había sido nombrado primer Decano de dicha Facultad, (BOE, 8 de noviembre de 1943). Es más, cabe pensar que fue el verdadero promotor de su creación y, desde luego, quien estableció (con el plan de estudios y la selección de los primeros profesores) la impronta de la reciente Facultad. Era también, al propio tiempo, desde unos meses antes, el Director del Instituto de Estudios Políticos. Me refiero a don Fernando María Castiella y Maiz. ¿Quién era ese Decano-fundador?
Castiella había nacido en Bilbao en 1907. Miembro de una familia patricia, estudió derecho en Deusto, en donde se vinculó a los estudiantes católicos. Hizo el doctorado en Madrid y amplió estudios en París, Cambridge y Ginebra. Durante la II República trabajó en El Debate, órgano periodístico del catolicismo político, dirigido por Herrera Oria (quien luego sería nombrado Cardenal), escribiendo sobre política exterior. En 1935, Castiella obtuvo una cátedra de Derecho Internacional Público y Privado. En la contienda civil, ligado a la Falange, apoyó a los insurrectos y al finalizar la misma se integró voluntario en la División Azul.
Muy pronto, a su regreso, sin ser un fanático, ocupó puestos políticos destacados en la dictadura. Y luego, entre 1957 y 1969, fue Ministro de Asuntos Exteriores. En la prolongada historia de ese Ministerio, nunca, nadie, bajo ningún régimen, desempeñó durante tanto tiempo (12 años) esa codiciada cartera.
Sin duda alguna, Franco confiaba en él. Sus colaboradores recuerdan que Castiella enviaba al Palacio del Pardo dos ordenados informes diarios, mañana y tarde, para que el dictador pudiera conocer lo que en el mundo ocurría en relación con España. Doce años (1939-1951) estuvo también, al frente del Ministerio de Educación Nacional, José Ibañez Martín, el promotor de aquella LOUE de 1943. Todo era lento por entonces.
Castiella fue, por tanto, el primer profesor de la Facultad de Políticas de la UCM que obtuvo una cartera ministerial. Porque José Larraz, Ministro de Hacienda (1939-1941), lo había sido antes de que existiera esta Facultad, de la que luego sería profesor. Y de aquel centro creado bajo la inspiración de Castiella, en la cual el estudio de las relaciones internacionales tuvo un lugar destacado, saldrían, a lo largo de los años, numerosos ministros y dirigentes políticos, tanto del franquismo como de la oposición al franquismo. Sobre todo, durante la transición y la restaurada democracia.
En esta última etapa, los tres partidos políticos (UCD, PSOE y PP) que han configurado gobiernos de la nación, han contado para ello con antiguos alumnos y profesores de dicha Facultad. Al principio, como Facultad de Ciencias Políticas y Económicas, y posteriormente, después de la forzada escisión, como Facultad de Políticas y Sociología, estas aulas, por tanto, desde su origen, no han dejado de criar alevines de dirigentes políticos.
No son, pues, los creadores de Podemos los primeros profesores de esta Facultad que han emprendido la aventura de la política. Ni tampoco los únicos que hayan obtenido algún éxito en ella. Y para probarlo, haremos un breve repaso, nada exhaustivo, desde luego, mencionando algunos nombres que han ocupado cargos políticos destacados.

4. Un vivero de políticos.
El general Franco, para formar sus gabinetes, además de contar con sus compañeros de milicia, mostró predilección por los altos cuerpos de la administración, en especial por abogados del Estado. No tanto por profesores. Muchos años después, ya en el siglo XXI, Mariano Rajoy repite esa inclinación. En ambos casos, su entusiasmo por los intelectuales parece muy limitado.
Mientras las dos secciones citadas permanecieron unidas (1943-1969), solamente un pequeño grupo de profesores de dicha Facultad ocuparon carteras en distintos gobiernos de la dictadura franquista. De la sección de Políticas, al nombre de Fernando María Castiella, ya mencionado, cabe añadir los de Manuel Fraga Iribarne y Antonio Carro Martínez. Y de la sección de Económicas, los de Alberto Ullastres, Alberto Monreal Luque y Agustín Cotorruelo Sendagorta (que fue asimismo Decano de la Facultad).
Mientras los mencionados desempeñaban sus carteras ministeriales, en aquella Facultad enseñaban y estudiaban otra serie de personas que jugarían poco después un papel político destacado, ya fuera en la oposición al franquismo o en los cuadros del régimen y de la oposición que impulsaron la transición a la democracia.
En los años sesenta, por ejemplo, entre los alumnos de la Facultad, figuraban militantes de grupos de extrema izquierda que, antes o después, estarían a la cabeza de sus respectivas formaciones. Entre otros, cabe recordar a Jaime Pozas de Villena (CNT), José Sanromá Aldea (ORT), Jaime Pastor Verdú (LCR) o Enrique Curiel Alonso (PCE). No sería extraño que coincidieran en las aulas con otros de formaciones derechistas, como Jorge Verstringe, quien luego sería secretario general de Alianza Popular. Décadas después, en un curioso bucle de largo recorrido, reaparece en Podemos.
Y entre los docentes de esos mismos años encontramos, asimismo, profesores de diversas tendencias. A veces incluso, en un mismo Departamento universitario, coincidían franquistas como Manuel Fraga y Jesús Fueyo, con monárquicos liberales como Carlos Ollero, socialistas como Raúl Morodo y nacionalistas vascos como Javier Arzálluz. Muchos de aquellos profesores desempeñarían, ya en la democracia, altos cargos en las principales instituciones políticas. Y un puñado de ellos, fueron ministros.
En particular, curiosamente, en la cartera de Asuntos Exteriores. Pareciera como si, de algún modo, transitaran el sendero que había abierto Castiella, el Decano-fundador. Así, Marcelino Oreja, José Pedro Pérez-Llorca y Fernando Morán, entre los profesores. Y Ana del Palacio y Miguel Ángel Moratinos, entre los estudiantes.
También la cartera de Educación (y la de Universidades, cuando existió separadamente) han sido desempeñadas por varios profesores de esta Facultad. Cabe destacar a Luís González Seara (primer Decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología), Juan Antonio Ortega Díaz-Ambrona, José María Maravall Herrero y Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo.
De aquella Facultad unitaria de los años sesenta, fueron asimismo profesores, economistas como Enrique Fuentes Quintana, Juan Antonio García Díez, Luís Gámir, Enrique Barón Crespo, Pedro Solbes Mira, Carlos Romero, etc. Y licenciados o profesores de Políticas fueron Rosa Conde, Juan Fernando López Aguilar, Jesús Caldera o Ana Mato. Todos ellos fueron Ministros en gabinetes de diferentes gobiernos democráticos.
Junto a los mencionados, encontramos entre quienes fueron profesores de esta Facultad, a Presidentes de Comunidades Autónomas (Joaquín Leguina y José Bono). Y también a Consejeros de las mismas, Secretarios de Estado (Francisco Ramos, Justo Zambrana), Secretarios Generales (Julio Feo, Enrique Guerrero Salom, Francisco Javier Velázquez –Director General de la Policía y de la Guardia Civil-) , Subsecretarios (Emilio Lamo de Espinosa, Luís Calvo, Antonio López Martínez), numerosos Directores Generales, Embajadores, Magistrados del Tribunal Constitucional (Antonio Truyol) y del Tribunal de Cuentas (Carlos Ollero), y otros muchos altos cargos de la administración, eurodiputados, diputados nacionales y autonómicos, senadores, alcaldes, concejales, etc.
5. El fenómeno Podemos. Continuidad o renovación.
Según el discurso de los dirigentes de Podemos, también profesores de esta Facultad, buena parte de sus antecesores mencionados en los últimos párrafos, forman parte de lo que denominan “la casta”. Más o menos, todos cuantos han participado, de manera prolongada, en puestos políticos destacados desde el fin de la dictadura, pueden ser incluidos en esa desdeñosa expresión.
Estos dirigentes impugnan el modo en que tuvo lugar el paso de la dictadura a la democracia. A su juicio, de aquel consenso de la transición provienen todos los males del presente, desvelados, al fin, con la crisis económica. La corrupción figura entre ellos. Por eso sostienen que “el régimen del 78” debe de finalizar, iniciando un proceso constituyente, con amplia participación popular, que establezca un sistema político diferente del actual. ¿Con cuáles rasgos? Ya se verá. ¿Para qué repetir viejos errores –señalaba B. Russell- cuándo hay otros muchos nuevos que cometer?
No cabe duda de que resulta confortador culpar de todo lo que hoy ocurre al pasado. En la cultura judeocristiana el mayor pecado siempre es el original y, además, son otros quienes lo han cometido.
No es éste lugar para discutir ni esa ni otras proposiciones de estos profesores. Existen ya algunos libros que pueden consultarse con provecho. Y muchos comentarios y análisis en la red. Me ha parecido interesante uno, bastante reciente, que figura en el enlace: https://dedona.worddpress.com/2015/01/27/analisis-es-populista-podemos-eugenio-del-rio/
Pero lo que sí creo oportuno señalar son otras cuestiones. Los dirigentes de Podemos, en primer lugar, no están proponiendo nada del todo original. Tampoco es original la visión de la “transición como traición”, en la cual insistió mucho Julio Anguita (por cierto, ahora reivindicado como icono vintage por algunos dirigentes del Podemos).
En segundo lugar, varios dirigentes de Podemos, los más conocidos, no surgen de la nada, inmaculados, sino que tienen en sus mochilas una trayectoria política, vinculada al PCE o a Izquierda Unida. Su vocación de intervenir en la política viene de lejos. Precisamente, Podemos fue creado como partido, al fracasar Pablo Iglesias en su aspiración a ser nombrado candidato a las elecciones al Parlamento Europeo en las listas de Izquierda Unida.
Por último, Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa, Ariel Jerez et alli, tampoco son excluidos del sistema; no pueden ser considerados como sans culottesdescamisados o rotos. Su apariencia bohemia, sus pañuelos palestinos o sus pulseras étnicas, no han de llamarnos a engaño. Son unos profesores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, funcionarios públicos, que aspiran al poder político. “Conquistar los cielos”, dice Pablo Iglesias, con una expresión muy conocida. Si dentro de unos meses obtienen el apoyo electoral necesario, pueden alcanzar su propósito, aunque éste sea más terrenal que celestial.
Serán, entonces, como tantos otros predecesores en las aulas de la misma Facultad, Ministros del Gobierno de España. En eso hay continuidad. Ellos aúnan intuición y formación, como rezaba el Decreto de 1944. Y, además, tienen gran perspicacia y dotes de comunicación.
La novedad principal es que, de ocurrir así, lo serán en grupo. Quién sabe si, en el traspaso de poderes, cada uno de ellos exigirá recibir, en lugar de la clásica cartera, una mochila en la que figure grabado el nombre de su respectivo Ministerio.
Francisco Bobillo
*
Autor del articulo -

De la cartera a la mochila. La Facultad de Ciencias Políticas (UCM), vivero de Ministros.

Francisco Bobillo
*
REFRANES a tener muy en cuenta siempre - "NUNCA LLUEVE A GUSTO DE TODOS".- "ARRIMAR EL ASCUA A SU SARDINA".- "CADA UNO HABLA DE LA FERIA COMO LE VA EN ELLA".Y no olvidarse de la "mas moderna" que dice : "Aqui el que no corre vuela y el MAS TONTO hace aviones".
Nota : pongo estos tres refranes para que el lector tenga cuidado con lo que lee.
Es muy facil manipular a la gente, todo el cuidado es poco.
Hay que CUESTIONARSE lo que se lee, CONTRASTARLO  y luego CADA UNO DEBE LLEGAR A SUS PROPIAS CONCLUSIONES.
VRedondoF
** Soy un EMPRESARIO JUBILADO que me limito al ARCHIVO de lo que me voy encontrando "EN LA NUBE" y me parece interesante. **
**  Lo intento hacer de una forma ordenada/organizada mediante los blogs gratuitos de Blogger. **
** Utilizo el sistema COPIAR/PEGAR, luego lo archivo. ( Solo lo  INTERESANTE, según mi criterio). **
** Tengo una serie de familiares/ amigos/ conocidos (yo le llamo "LA PEÑA") que me animan a que se los archive para leerlo ellos después. **
**  Los artículos que COPIO Y PEGO EN MI ARCHIVO o RECOPILACIÓN (cada uno que le llame como quiera), contienen opiniones con las que yo puedo o no, estar de acuerdo. **
** Si te ha gustado la publicacion, lo mejor que debes hacer es ir al blog/pagina del autor y DEJAR UN COMENTARIO. En mi blog no puedes dejar comentarios, pero si en el del autor. **
** Cuando incorporo MI OPINIÓN, la identifico CLARAMENTE,  con la única pretensión de DIFERENCIARLA del articulo original. **
** Pido perdon por MIS limitaciones literarias. El hacerlo mejor (no mucho) me cuesta dedicarle MAS TIEMPO, y la verdad es que (ademas de no tener tiempo) tengo poca paciencia,  por ello, y nuevamente, pido disculpas por las susodichas limitaciones. **
** Mi correo electrónico es vredondof (arroba) gmail.com por si quieres que publique algo o hacer algún comentario. **
** Por favor!  Si  te ha molestado el que yo haya publicado algún artículo o fotografía tuya,  ponte en contacto  conmigo (vredondof - arroba - gmail.com ) para solucionarlo o retirarlo. **
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