Liberación de presos políticos, supresión de 1,3 millones de empleos en la administración, permiso para montar pequeñas empresas y contratar empleados… ¿Es que hay movimiento en Cuba? Son sólo movimientos estratégicos, no hay que engañarse. El país que tiene la soga al cuello y necesita tiempo para respirar.
La economía cubana exporta sobre todo níquel (abarca un 40% de sus exportaciones), cuyos precios han caído en los últimos meses. Níquel, azúcar y turismo son insuficientes para mantener a 11,5 millones de personas. Los huracanes causaron daños por 10.000 millones de dólares en 2008. Sus bancos, a falta de dinero, necesitan una inyección urgente de 1.000 millones de dólares, que tendrían que ser cuatro veces más para sanear la economía a fondo. La famosa sanidad cubana está en crisis porque 10.000 de sus médicos están en Venezuela, a cambio de 90.000 barriles de petróleo al día.
El país no tiene dinero para pagar su deuda externa, que es de 21.000 millones de dólares.
Y lo único que se le ha ocurrido para ablandar a la comunidad internacional, es promover liberación de presos políticos, abrir un poco la economía, suprimir puestos de trabajo en la administración (que serán reubicados en el aparato del estado que es de cinco millones de personas)…
Este es el análisis de Felipe Sahagún (Cuba contra las cuerdas), aparecido en El Mundo el 4 de agosto. Uno de los mejores análisis sobre por qué se hacen ciertos movimientos en Cuba.
Sahagún cita a la fuente de esta información. Es un grupo de economistas cubanos “que sólo pueden expresarse en el anonimato por miedo a represalias”.
Al final, detrás de todo siempre está la economía. Como siempre. De modo que los que piensen que Fidel y Raúl Castro se han ablandado, están equivocados. Sahagún lo explica en su artículo: todos estos movimientos se han hecho por “la necesidad de mejorar las relaciones externas para aliviar la crisis económica y reducir el riesgo de una explosión social que se lleve por delante lo que queda de la dictadura”.
Está claro que mientras los Castro sigan en el poder, cualquier movimiento que detectemos en Cuba sólo debería tener un nombre: salsa.
La economía cubana exporta sobre todo níquel (abarca un 40% de sus exportaciones), cuyos precios han caído en los últimos meses. Níquel, azúcar y turismo son insuficientes para mantener a 11,5 millones de personas. Los huracanes causaron daños por 10.000 millones de dólares en 2008. Sus bancos, a falta de dinero, necesitan una inyección urgente de 1.000 millones de dólares, que tendrían que ser cuatro veces más para sanear la economía a fondo. La famosa sanidad cubana está en crisis porque 10.000 de sus médicos están en Venezuela, a cambio de 90.000 barriles de petróleo al día.
El país no tiene dinero para pagar su deuda externa, que es de 21.000 millones de dólares.
Y lo único que se le ha ocurrido para ablandar a la comunidad internacional, es promover liberación de presos políticos, abrir un poco la economía, suprimir puestos de trabajo en la administración (que serán reubicados en el aparato del estado que es de cinco millones de personas)…
Este es el análisis de Felipe Sahagún (Cuba contra las cuerdas), aparecido en El Mundo el 4 de agosto. Uno de los mejores análisis sobre por qué se hacen ciertos movimientos en Cuba.
Sahagún cita a la fuente de esta información. Es un grupo de economistas cubanos “que sólo pueden expresarse en el anonimato por miedo a represalias”.
Al final, detrás de todo siempre está la economía. Como siempre. De modo que los que piensen que Fidel y Raúl Castro se han ablandado, están equivocados. Sahagún lo explica en su artículo: todos estos movimientos se han hecho por “la necesidad de mejorar las relaciones externas para aliviar la crisis económica y reducir el riesgo de una explosión social que se lleve por delante lo que queda de la dictadura”.
Está claro que mientras los Castro sigan en el poder, cualquier movimiento que detectemos en Cuba sólo debería tener un nombre: salsa.