La revista Números Rojos acogió un artículo de Julio Anguita, ex coordinador de Izquierda Unida. Desde entonces, estos diez mandamientos para salvar el país han ido saltando de un medio a otro.
Este fin de semana, El Mundo le dedicó una doble página.
¿Son racionales sus propuestas? ¿Un disparate?
Discrepo de la mayoría, con algunas estoy de acuerdo y otras me asustan. Veamos.
1. Salario mínimo profesional de mil euros al mes.
Ahora es de 641 euros. Subir los costes en un momento en que las empresas no tienen suficientes ingresos, es ponerse el revólver en la sien. Y plantearlo ahora que la UE nos va a prestar dinero, es burlarse del resto de la UE.
2 Ninguna pensión mínima debajo del SMI.
Junto con la sanidad, el mayor coste del estado son las pensiones. Subir estos costes cuando los inversores desconfían de España y por ello nos encarecen su financiación, es no entender el momento que estamos atravesando. Se puede plantear como un objetivo a largo plazo.
3. Extensión de la prestación de desempleo.
La solución al paro no es dar más dinero al parado, sino darle un empleo. Me sorprende que Anguita no diga fomentar el empleo mediante ayudas a pymes.
4. Reforma fiscal: progresividad, persecución del fraude y de la economía sumergida.
La economía sumergida se combate impulsado el crecimiento económico. Estoy de acuerdo con perseguir el fraude. Y sobre la progresividad, ¿a qué se refiere? ¿A castigar con más impuestos al que más se esfuerza?
5. Banca Pública como corolario de la privada y las cajas de ahorros.
El agujero en el sistema financiero provino de las cajas. Esas cajas han estado gobernadas por criterios no profesionales, sino políticos. Han sido un desastre para este país.
6. Poner en marcha, en España, mecanismos que graven, dificulten o impidan la imposición de fondos en paraísos fiscales
De acuerdo.
7. Nacionalización de los sectores estratégicos de la economía.
¿Qué sectores son estratégicos? El turismo es un sector estratégico y no está nacionalizado. La agricultura es estratégica y funciona mejor que si estuviera en manos del estado. La minería de carbón española no es competitiva y sigue siendo un sector estatal.
8. Inmediato desarrollo de los artículos comprendidos entre el 128 y 131.
En resumen, se trata del poder del estado sobre la economía, interviniendo en las empresas, en los sectores y en los recursos. Todos los estados siempre se reservan este máximo poder. Pero, ¿qué modelo propone Anguita? ¿El modelo soviético donde el estado planifica todo, y deja al ser humano reducido a vivir en una colmena sin permitirle desarrollar su potencia económica? Está claro que Anguita no apoya a la empresa privada, no cree en ella. Ni en las pequeñas ni medianas. De las grandes, mejor no hablar.
9. Control y democratización de los canales de distribución y comercialización del sector primario de la economía.
Controlar los precios a fuerza de decreto solo crea mercado negro. Es más fácil, mejorar y abaratar los costes de transporte. Es el único punto en que habla de la empresa privada como ‘productores’, a los que hay que defender de los oligopolios y monopolios. En esto, no deja de tener razón por los bajos precios que se están pagando a los agricultores en algunos casos.
10. Invalidar o dejar sin efecto los procedimientos judiciales contra las personas que de manera fehaciente puedan demostrar la imposibilidad de pagar la hipoteca y además carezcan de segunda residencia.
Es una de las cosas que se aprobó recientemente: se deja a los bancos la discreción de condonar la hipoteca o suavizarla a las personas en casos extremos. ¿Se puede mejorar la medida? Seguro que sí, pero sin que ello fomente la picaresca.
En resumen, lo que más me preocupa de Anguita es que no habla en ningún momento del fomento y apoyo al pequeño empresario, el comerciante, el autónomo. Ni una palabra concreta. Cree que el estado lo hace mejor en todos los sentidos. Es se llama prejuicios.
@ojomagico