Varios escritores han observado el hecho curioso de que a los rebeldes libios les ha llevado poco tiempo, desde que comenzaron en marzo sus actividades, crear su propio banco central, incluso antes de que tengan un gobierno constituido. Robert Wenzel escribió lo siguiente en el Económic Policy Journal:
Nunca antes había oído que un banco central se creara en cuestión de semanas y además gracias a una revuelta popular. Parece evidente que no se trata de rebeldes vestidos con harapos. Sino que detrás de esta insurgencia existen sofisticadas influencias.
Alex Newman escribió en New American lo siguiente:
En una declaración que se hizo la semana pasada, los rebeldes informaron sobre los resultados de una reunión que tuvieron el 19 de marzo. Entre otras cosas, toda esa supuesta chusma revolucionaria anunció la “designación del Banco Central de Bengasi como la única autoridad competente en materia monetaria para Libia. Además se nombró al gobernador del Banco Central con domicilio social provisional en Bengasi”.
El propio Newman estaba repitiendo lo dicho por el editor de la CNBC John Carney, cuando dijo en las noticias de la cadena que:
Es la primera vez que un grupo revolucionario ha creado un banco central, precisamente en medio de la lucha por alcanzar el poder político. Pero ésto es sólo un botón de muestra de lo poderosos que se han vuelto los bancos centrales en nuestros días.
Aparece otra extraña anomalía. Se trata de la justificación oficial para levantarse en armas contra Libia. Pues supuestamente se debe a violaciones contra los derechos humanos, pero la evidencia es realmente contradictoria. Pues según un artículo aparecido en la página web de la cadena de noticias Fox el 28 de febrero:
Mientras las Naciones Unidas se dan prisa anunciando condenas contra el líder libio Muammar al-Qaddafi por tomar duras medidas contra los manifestantes, el Human Rights Concil hizo en su día un informe lleno de halagos por el gran nivel de Libia en derechos humanos.
En ese informe se alaba a Libia por sus constantes mejoras en las oportunidades educativas, por hacer de los derechos humanos algo prioritario y por mejorar su estructura “constitucional”. Han reseñado positivamente las protecciones legales que se ofrece a los ciudadanos países como Canadá, Arabia Saudita, Corea del Norte, Venezuela e Irán. Pero parece ser que a los ciudadanos libios no les parece suficiente y por eso se están rebelando al mismo tiempo que el gobierno les está reprimiendo brutalmente.
Pero aún más significativo si cabe es que existe desde 1988 el Al-Gaddafi International Prize for Human Rights, un premio anual creado por el líder libio y que está dotado con 250.000 dólares. Sus beneficiarios han sido, entre otros, Nelson Mandela, los niños palestinos, los niños de Irak, los niños de Bosnia, los pueblos indígenas de América, Fidel Castro, Hugo Cávez y Daniel Ortega.
Con independencia de los crímenes que haya podido cometer Gaddafi, la gente en libia parece haber prosperado económicamente desde su llegada al poder. Una delegación de médicos llegados desde Ucrania, Rusia y Bielorusia escribió al presidente ruso Medvedev y al Primer Ministro Putin diciendo que había pocos países donde tanta gente viviera con tantas comodidades.
Los libios tienen derecho a tratamientos médicos gratuitos, en unos hospitales que se encuentran entre los mejores del mundo en equipamiento médico. La educación también es gratuita en todo el país, permitiendo que los alumnos más capaces puedan estudiar en el extranjero porque el gobierno cubre todos sus gastos. Cuando los jóvenes se casan reciben del gobierno unos 50.000 dólares de asistencia financiera a fondo perdido y créditos sin intereses, a devolver en cómodos plazos mensuales. Gracias a los subsidios del gobierno los coches son mucho más baratos y asequibles que en Europa para las familias medias. Por supuesto, la gasolina prácticamente es gratis y todos los agricultores están exentos de pagar tributos. La sociedad libia vive tranquila y en paz en medio de una economía próspera, con gente muy religiosa y poco dada a la bebida.
En su comunicado dicen además que a la comunidad internacional no se le está explicando la verdad sobre los motivos que hay detrás de la lucha contra el régimen libio, pues cualquier persona que pudiera constatar cómo se vive aquí vendría de buena gana.
Aunque estas declaraciones puedan tener bastante de propaganda, no se puede negar que uno de los logros más populares del gobierno libio ha sido llevar el agua al desierto, construyendo el proyecto de irrigación más grande y costoso de la historia: 33.000 millones de dólares.
Casi más que el petróleo, el agua es crucial en el árido país. Con este proyecto se consigue abastecer el 70% de las necesidades de la población urbana y de la agricultura. Por lo tanto, existen algunos motivos para decir objetivamente que el gobierno libio ha hecho cosas correctas por su país.
El petróleo
Otra explicación sobre el motivo del asalto a Libia es que “se trata de petróleo”. Pero aún siendo posible, esta teoría plantea algunos problemas. Tal como se informa en el National Journal, el país produce sólo el 20% aproximadamente del petróleo mundial. En un principio Arabia Saudita debería tener suficiente capacidad excedentaria para cubrir cualquier merma en la producción de los campo libios. Pero también es cierto que el país tiene uno de los mejores petróleos convencionales del mundo y la producción de crudo ligero se esté esfumando del mercado a una velocidad asombrosa por el rápido agotamiento de los mejores campos.
Otra información interesante que circula por la red es una entrevista en 2007 realizada por Democracy Now al general Wesley Clark (retirado). En ella se explica que 10 días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, un general le comentó que ya estaba tomada la decisión de invadir Irak, Siria, Líbano, Somalia y Sudán. El último objetivo era Irán.
Pues bien, ¿qué tienen en común estos países? Por lo que respecta a la banca, una de las coincidencias más remarcables es que ninguno de ellos forma parte de los 56 bancos miembros listados en el BIS (Bank for International Settlements). Es evidente que este hecho los deja fuera del largo brazo regulatorio del banco de los bancos centrales con sede en Suiza.
El oro
Los países más díscolos de la lista antes mencionada podrían ser Libia e Iraq, que son precisamente los que están siendo atacados. Kenneth Schortgen Jr escribió en The Examinerque
Seis meses antes de que EEUU se moviera hacia Iraq para derrotar a Saddam Hussein, el país había hecho los cambios necesarios para aceptar euros además de dólares por su petróleo. Pero esto suponía un duro golpe para el dominio del dólar como moneda de reserva y el control de EEUU sobre los países productores de petróleo y en general sobre todo el mercado de materias primas.
Según el artículo en ruso titulado El bombardeo de Libia, castigo a Gaddafi por su intención de rechazar el dólar, parece ser que el líder libio habría hecho un movimiento semejante al de Saddam, pero rechazando esta vez tanto el dólar como el euro e intentando que las naciones musulmanas y todas las africanas se agruparan bajo una única moneda, que sería el dinar de oro. Se trataría entonces de unificar a 200 millones de personas bajo un patrón monetario respaldado por metales preciosos. De hecho, a lo largo del 2010 todos los países árabes y africanos parecían aprobar la idea, excepto la República Sudafricana y el propio secretario de laLiga de Estados Árabes, Mohammed Musa.
Poca gente conoce el hecho de que el anterior Primer Ministro de Malasia Mahathir Mohamad (1981-2003) lleva promoviendo desde el año 2001 la idea de establecer un sistema de pagos basado en el patrón oro/plata y que permita establecer acuerdos económicos bilaterales y multilaterales entre países, eliminando así el riesgo cambiario. Se trataría de volver a sistema monetario donde el metal amarillo se empleara como medio de cambio y unidad de cuenta.
La idea apareció a raíz de la crisis sufrida en el sudeste asiático en 1997. En su libro The Malaysian Currency Crisis aporta datos objetivos para demostrar que Malasia no era en absoluto un país candidato para sufrir la crisis con tanta virulencia, pues tenía un robusto crecimiento anual por encima del 8% y un saldo exportador a su favor que le permitía honrar cómodamente sus deudas. El desplome de la bolsa malaya y el Ringgit se debió a masivas retiradas de fondos del país seguidas de ataques contra la divisa. Pero si la moneda fiduciaria hubiera estado respaldada por oro esas especulaciones cambiarias habrían sido imposibles de realizar gracias a la entrada de oro por las exportaciones.
En 2005 Mahathir Mohamad recibió el Gaddafi International Prize for Human Rights, en parte por su trabajo en defensa del patrón oro una vez el líder libio había pasado a ser también uno de los principales prosélitos en la Unión Africana. El 6 de diciembre de 2008 las ideas de ambos avanzaron un poco más gracias a que el viceministro malayo de economía Tan Sri Yakcop comenzó a realizar conversaciones bilaterales con los miembros de la Organización de la Conferencia Islámica con el objeto de ampliar las reservas de oro de cada país como base de un futuro retorno al dinar de oro. Parece ser que se terminaron consiguiendo algunos progresos significativos, pues Dubai informó a finales de mayo del 2009 que deseaba almacenar todo el oro que tenía en Londres en sus propias cámaras acorazadas. Recordemos que a finales de 2008 ya había estallado su burbuja inmobiliaria y el país estaba receptivo a cualquier forma de estabilizar su economía.
Por lo tanto, no sólo en EEUU Utah y Virginia ya están reconociendo ahora el oro y la plata como monedas de curso legal, sino también entre los países productores de petróleo y otros países islámicos africanos y asiáticos se están produciendo intentos de volver al patrón oro. El primero en dar muestras claras de ir en esta dirección es el estado malayo de Kelantan, donde ya circulan desde agosto de 2010 el dinar de oro y el dirham de plata como monedas de curso legal. En este caso se trata no sólo de un intento local de estabilizar el sistema monetario permitido y animado por el gobierno, sino también por volver a un dinero acorde con los principios del Islam. Las monedas no tienen valor facial y cotizan semanalmente en el World Islamic Mint, donde además hay disponible una cotización histórica de ambas monedas y se puede observar cuánto ha ganado más la plata que el oro. En este enlace hay información además sobre la cantidad de monedas acuñadas.
Por su parte, Arab News se hizo eco de éste hecho, incidiendo además que a nivel internacional estaba siendo cada vez más cuestionado el papel del dólar norteamericano como moneda de reserva. De forma que cabía la posibilidad de pensar no sólo un futuro sin que cumpliera el dólar ese papel, sino considerar un retorno al patrón oro tal como se concebía antes de Bretton Woods.
Volviendo a Gaddafi, hay rumores hace tiempo de que desde instituciones libias se está comprando oro sin declararlo de forma oficial, especialmente por el gobierno y el banco central. De hecho las reservas de oro del país permanecen invariantes desde 1998 (148 Tm), pero en el Banco de Inglaterra piensan que deben ser superiores a las 400 Tm. Algo parecido está sucediendo con Irán y de forma velada con varios países cuyos principales ingresos provienen de la venta de gas y petróleo. Por supuesto, todos estos movimientos estarían confirmando un intento a largo plazo de los países productores de petróleo por salir del dólar y restituir de alguna forma y llegado el caso una unidad monetaria amparada por el oro.
Esta iniciativa respaldada en parte por Gaddafi estaba siendo vista últimamente como algo muy negativo por EEUU y la UE. De hecho Sarkozy llegó a decir que Libia representaba una seria amenaza para la seguridad financiera de la humanidad. Por otro lado, Lord David Owen ha escrito recientemente en The Daily Mirror que Gaddafi tiene suficientes reservas no declaradas de oro como para desestabilizar la economía mundial en un futuro.
Todos estos datos nos conducen finalmente hacia le Banco Central de Libia (BCL). Eric Encina escribió en un artículo de Market Oracle lo siguiente:
Los políticos occidentales y los expertos económicos que aparecen en los medios de comunicación no explican nunca que el BCL pertenece al estado en un 100%… de forma que el gobierno libio crea su propio dinero (el dinar libio) gracias a las instalaciones del banco central y contra sus propios activos, que no son sólo dólares necesariamente. Y nadie puede decir que Libia no sea un país soberano y con suficientes recursos para poder sostener su propio destino económico.Pero el principal problema para el cártel bancario de la globalización es que para poder hacer negocios con Libia tienen que pasar por el aro que impone el BCL (sobre el que además no tienen dominio alguno) y permitir intercambiar inversiones si quieren acceder a los recursos energéticos, aún vendiéndose en dólares. Prueba evidente son las colocaciones del fondo Libyan Investment Authority (de unos 80.000 M$), con participaciones en La Juventus, Pearson Education, Portman House, UniCredit, Fiat…
Por eso, aunque Libia no aparece nunca en las agendas políticas de Obama, Cameron, Berlusconi y Sarkozy, parece evidente que llevaban bastante tiempo con ganas de meter a Libia en la colmena de los países obedientes a la agenda de los globalizadores.
Como hemos vista más arriba, Libia no tiene sólo petróleo, sino unas crecientes reservas de oro. ¿Quién necesita entonces del FMI y sus reglas? Por eso todo esto nos termina conduciendo hacia el BIS, sus reglas y efectos sobre las diferentes economías locales.
Un artículo de la web del BIS dice que los bancos centrales que se encuentran dentro de la red tienen como único objetivo “preservar la estabilidad de los precios”. Y para conseguir ese objetivo los bancos centrales deberán mantenerse independientes de los gobiernos con el objeto de que las consideraciones políticas no interfieran en sus mandatos.
Por “estabilidad de precios” debe entenderse que no van a ser los mercados los que determinen ni los tipos de interés ni la elasticidad monetaria, sino los bancos centrales según planificaciones coordinadas por intereses ajenos en múltiples ocasiones a las sociedades que usan los billetes bancarios. Y por otro lado, si tenemos en cuenta que ya sólo puede generarse el dinero mediante la expansión de la deuda, entonces los bancos centrales están controlando en el fondo tanto a las poblaciones como a los gobiernos mediante sofisticados instrumentos monetarios, comenzando por el monopolio de la emisión de la moneda y terminando en la financiación de las campañas electorales por los bancos comerciales más importantes en mayor medida.
En un artículo de 2002 en Asia Times Online titulado El BIS vs los bancos nacionales, Henry C. K. Liu dice que
todas las regulaciones del BIS sólo sirven para un único propósito, que no es otro mas que fortalecer la influencia privada del sistema bancario, aún incluso poniendo en peligro la diferentes economías nacionales. El BIS trabaja para los sistemas de los bancos centrales de la misma forma que el FMI lo hace para los regímenes monetarios. Las economías que han entrado en el proceso de globalización ya no pueden servir sólo a los intereses de sus estados nación…De hecho, las inversiones realizadas por el FMI y el Banco Mundial están tradicionalmente nominadas en dólares y no en las respectivas monedas locales, lo que provoca que los países deudores deban orientar forzosamente sus economías hacia la exportación con el objeto de conseguir los dólares que les permitan honrar sus deudas. Por lo tanto, no se presta el dinero para que se genere capital y desarrollo económico y social, sino para que se extraigan recursos hacia el exterior.
Único objetivo: preservar la hegemonía del dólar
Debe entenderse que si todos los países pudieran desarrollar por sí mismos la “doctrina del dólar” (usar el dólar y la deuda pública americana como activo de reserva) en sus respectivas monedas locales (usar sus deudas públicas y divisas como activos de reserva), entonces todos los gobiernos se podrían financiar contra sus propios activos sin límite, excepto el de la destrucción de su propia moneda. Algo que podría evitarse con un patrón oro internacional que garantizara desarrollos nacionales no inflacionarios y menor desempleo siempre que se siguieran políticas monetarias coherentes. En el fondo, ese ha sido el caso de Libia gracias al petróleo y al gas natural. Y por lo que puede observarse en el nivel de vida de la población no les ha ido nada mal.
La presunción de que cuando se pide prestado contra un banco central nacionalizado produce inflación no se aplica cuando es el FMI o el Banco Mundial quiénes conceden los créditos. Pero resulta que hoy en día todos los bancos crean el dinero que prestan, contra activos en sus balances contables. Luego es indiferente si esos activos son dólares o cualquier otro activo de cualquier país. Pero para el sistema del dólar y la hegemonía americana de Wall Street no. De ahí entonces que Libia sea un problema cuando ha decidido expandir su modelo de independencia monetaria y además lo ha hecho proponiendo volver al patrón oro.
El sistema monetario libio funciona por el mismo motivo que funciona el sistema del dólar. Las funciones del Banco Central de Libia consisten en “proporcionar moneda y billetes, regular su emisión y organizar los créditos al gobierno”. El paso de Gaddafi no era otro más que comenzar a respaldar esas funciones con oro principalmente, además de con activos fiduciarios o de deuda.
¿Creen todavía que las fuerzas aliadas están en Libia sólo por el petróleo? Si finalmente consiguen derrotar a Gaddafi, será interesante observar si el nuevo banco central pasa a formar parte del BIS. O si los beneficios de la industria petrolera se siguen reinvirtiendo en el país o si la educación y la sanidad siguen siendo gratuitas.
Porque parece ser que algunos dan la mano para sentenciarte, como fue el caso del histórico encuentro de Obama con Gaddafi en la cumbre del G8 en Aquila (Italia). La foto de cabecera dice mucho de ese encuentro.
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Traducción libre con añadidos del artículo de Ellen Brown Libya, All About Oil.En Libia ¿se trata de petróleo, oro o las dos cosas?