Cómo comienzan las estampidas
Cuando era Lehndakari en abril de 2008, Ibarretxe hizo un viaje a Chile para apoyar las inversiones de los empresarios vascos. Entonces los medios de información nos transmitieron una anécdota que interpretaron a su libre albedrío y que en su momento provocó cierta polémica. Según ellos dijo: “España es un país de camareros”. Y siguiendo con la manipulación, comentaron también que Bachelet miró desde un balcón y como veía letreros con los nombres de Endesa, Santander y Telefónica le contestó: “pues no está mal para ser un país de camareros”. Todo este asunto se entendió entonces como que un vasco nacionalista estaba despreciando a España.
Pero ni Bachelet miró por ningún balcón ni Ibarretxe dijo eso, sino lo siguiente: “Gracias a los planes de Garaikoetxea y Ardanza, evitamos convertir Euskadi en un país de camareros”. Entonces, ¿A qué se estaba refiriendo el Lehendakari?
Cómo desapareció lo que retiene el misterio de iniquidad
Como todos ustedes ya conocen, el dólar quedó desvinculado del oro en 1971 y finalmente devaluado por el Acuerdo Smithsoniano. Pero no fue hasta 1973 cuando los acuerdos de Bretton Woods (BW) quedaron definitivamente anulados y el mundo adoptó un sistema de monedas flotantes. Desde el punto de vista monetario, valen los comentarios de Jaques Rueff (consejero económico de Charles de Gaulle) cuando dijo que los anteriores acuerdos de BW más su ruptura posterior eran “el maravilloso secreto de tener déficit sin lágrimas”. O al menos lágrimas para una élite en EEUU.
Porque a partir de ese momento la política exterior americana da un giro radical. La posibilidad de generar nuevos dólares sólo contra la deuda pública del Tesoro, permitieron a EEUU gastar miles de millones sin coste alguno para programar conflictos locales en todo el planeta, desestabilizar las políticas de otros países y establecer gobiernos títere según su conveniencia e intereses. Esto se realizó en gran medida sobre América Latina y África, pero también en algunos países asiáticos y por supuesto en Portugal, Grecia y España. También en Italia e Irlanda, pero de otra forma. Es decir, por lo que a nosotros respecta es en ese momento cuando comienza la gestación de los llamados países PIIGS.
El Sistema internacional de bancos centrales y la propia banca con reserva fraccionaria siempre había supuesto una acción desestabilizadora sobre los ciclos de producción de capital. Pero después de 1973, además de esto, la brutal expansión monetaria acometida por la Reserva Federal americana obliga al resto de países a coordinar expansiones en paralelo de sus respectivas divisas, compitiendo todos finalmente en un proceso suicida de devaluación monetaria internacional. Esto termina provocando que los respectivos gobiernos occidentales queden reducidos a meros gestores de políticas económicas que capean como pueden los recurrentes y cada vez más violentos ciclos económicos de expansión, auge y contracción. Se producen entonces desestabilizaciones políticas por doquier, entradas y salidas masivas de capitales en los países en vías de desarrollo y comienzan a proliferar las figuras de los
sicarios económicos y políticos más o menos populistas
ad extra (gracias a los nuevos aparatos de propaganda mediática), pero
ad intra siempre al servicio de intereses foráneos a los de las poblaciones que representan.
La acción política inicua que representa el mero ejercicio de la voluntad por el poder, aún siendo un hecho constante en la historia humana, había quedado reducida a los estrechos márgenes de actuación que imponía el sometimiento a la ley y el orden, fundamentalmente por la influencia en occidente del derecho romano. Pero este principio clásico de contención quedó parcialmente vencido a finales del s.XIX cuando las nuevas teorías políticas modernistas llegaron al poder. Y liquidado definitivamente a mediados del s.XX al remover EEUU el último anclaje físico del dinero después de las dos guerras mundiales e imponer a la sociedad internacional mediante el comercio de las materias primas (fundamentalmente el petróleo) y el FMI (en países como Suiza) la aceptación universal del papel moneda por imperativo legal (de curso legal o
legal tender).
De esta forma, el privilegio adquirido permitió a la banca y el gobierno americano acometer gastos sin freno y expandir sus áreas de influencia e interés, a la caza y captura de nuevas oportunidades mercantiles antes imposibles por sus elevados costes. Pero también supuso al mismo tiempo la expansión y homologación de un modelo corrupto e inmoral de hacer política internacional. Porque quebrados ya los límites que imponía el derecho en la política, ese misterio de iniquidad latente en la historia quedó finalmente liberado por la desaparición del último freno que lo retenía: el patrón oro. Y lo que ya no eran lágrimas para los sucesivos gobiernos de EEUU, pasaron a serlo a raudales para el resto de la humanidad y aún para los propios ciudadanos americanos. La prueba evidente es la famosa deuda sobre el tercer mundo primero, pero ahora las deudas hipotecarias y públicas sobre el primer mundo.
Este es el caso de España también y nuestra peculiar Transición. Que por supuesto tiene poco de modélica, a no ser que sirva como prístino ejemplo para aclarar lo dicho más arriba.
Kissinger por España
El 22 de septiembre de 1973 Kissinger fue nombrado Secretario de Estado en la administración Nixon. El 6 de octubre estalló la guerra del Yom Kippur y el 10 de diciembre recibió el Premio Nobel de la Paz. Pasados nueve días llegó a España para entrevistarse con Carrero Blanco, que murió asesinado pocas horas después. A partir de ese momento las relaciones de Kissinger fueron muy distendidas con España y su influencia decisiva en el pilotaje de la transición española, especialmente por su relación posterior con Felipe González. Existen algunos libros y artículos al respecto, como el de
Charles T. Powell (
Del autoritarismo a la democracia).
En una de las frecuentes visitas posteriores de Kissinger un periodista le preguntó por su parecer sobre España, a lo que respondió con su habitual franqueza: “me parece un país de excelentes camareros”. Y es precisamente a esta expresión que hacía referencia Ibarretxe, argumentando de una forma un poco torpe que Euskadi había conseguido evitar con tenacidad el profundo proceso de desindustrialización que la dupla Kissinger-González hicieron sufrir a España. En efecto, el nuevo plan geopolítico posterior al franquismo sobre nuestro país pasaba por convertirlo en una nación fragmentada en autonomías (según Kissinger, para que “se desarrolle con amplitud el tradicional canibalismo político español”) y centrada en un consumo creciente de importaciones y el turismo (compensado con las inversiones extranjeras en industria auxiliar destinadas al consumo interno y la exportación), con empleos de baja cualificación dedicados al sector servicios y una educación con escasa calidad.
Felipe González y sus equipos de gobierno en el PSOE como fieles adláteres del modelo corrupto americano en España
En 1977 el embajador de EEUU en España Wells Stabler preparó la visita de Felipe González a EEUU para que se entrevistara con el Vicepresidente Walter Mondale, el Secretario de Estado Cyrus Vance y otras autoridades e instituciones, con una conferencia en el CFR (Council on Foreign Relations), una cena orgnizada por el Carnegie Endowment for International Peace y una entrevista personal con David Rockefeller. El periplo americano fue realmente satisfactorio, pues González recibió de diferentes instituciones americanas 12 millones de dólares para que comenzara a estructurarse el PSOE como opción política viable.
En palabras del ex-embajador Stabler:
Una de las anécdotas más divertidas se produjo cuando contacté con el Partido Socialista español para decirles que quería encontrarme con Felipe González, el Secretario General del Partido. Tardaron más de dos meses en responder a mi invitación.
Como el partido estaba operando en la clandestinidad, llevó tiempo pedir el parecer a todos los miembros de la ejecutiva. Además, mi invitación produjo cierta conmoción y sorpresa, por lo que los socialistas tuvieron que decidir primero si querían tener contactos con un país que ellos consideraban el principal responsable de mantener el régimen de Franco en el poder.
Finalmente recibí una respuesta positiva y González y yo llegamos a ser buenos amigos. Una de mis últimas actuaciones en España fue arreglar su visita a Washington para que se encontrara con Mondale. (1)
Este primer contacto dio sus frutos y sentó las bases para posteriores encuentros, con un PSOE que comenzaba a estructurarse como oposición viable. Por eso en marzo de 1978 Enrique Múgica (entonces Presidente de la Comisión de Defensa del Gobierno) y Luis Solana viajaron a EEUU para entrevistarse con el Secretario de Defensa Harold Brown, con importantes directivos de ITT y de nuevo también ellos pasaron por los despachos de la CFR. Se estaba fraguando el delicado control del ejército español bajo la figura de Gutiérrez Mellado en la Vicepresidencia primera para Asuntos de la Seguridad y Defensa Nacional.
Mención distinguida merece
Luis Solana (sobrino nieto de Salvador de Madariaga y hermano de Javier Solana), que fue uno de los principales administradores de las finanzas socialistas durante los últimos años de la dictadura. Entre 1977 y 1979 fue Diputado por el PSOE en las Cortes por Segovia y presidió la Comisión de Hacienda. Finalmente fue nombrado presidente de Telefónica (1982-1989) y director de RTVE (1989-1990). Como dato anecdótico destaca lo extraño que supone el hecho de que una persona que fue detenida por sus actividades antifranquistas entre 1959 y 1961 pudiera ocupar la subdirección general del Banco Urquijo (en propiedad del Banco Sabadell desde 2006) entre 1962 y 1974. Esta entidad financiera era entonces el banco industrial más importante de España. Su conocimiento de la financiación del tejido industrial español le proporcionó sin lugar a dudas el ascendente necesario para preparar la nueva época desindustrializada que se abría en el horizonte.
También en 1978 viajó a Nueva York Francisco Fernández Ordóñez. Es el fundador del Partido Social Demócrata que luego se integraría en la UCD, donde ocupó los cargos de Ministro de Hacienda, la presidencia del Banco de España y el Ministerio de Justicia. Colaboró con la reforma fiscal, introdujo el impuesto sobre la renta e impulsó la ley del divorcio desde Justicia.
Caída la UCD no dimitió de su escaño y se añadió sin mayor problema a las filas del PSOE para ser Ministro de Exteriores, dirigiendo la integración de España en la UE y la firma del Tratado de Maastritch. Su hermano Miguel Ángel Fernández Ordóñez gobierna actualmente el Banco de España.
Como decíamos, Fernández Ordóñez viajó a EEUU para comenzar a planificar la política económica que debía seguir España. A tal efecto se entrevistó con el Secretario del Tesoro Michel Blumenthal, con el Presidente de la Reserva Federal Arthur Burns, con el Presidente del FMI William Dale y con el Presidente del Banco Mundial Robert McNamara. Como era costumbre entonces en las visitas que hacían los candidatos españoles a EEUU y que iban a dirigir los destinos de España, concluyó su periplo con una sesión a puerta cerrada en el CFR.
Para que el PCE pudiera ser legalizado por Suárez, Garrigues Walker preparó la conferencia de Carrillo en la Universidad de Yale, donde anunció la renuncia del PCE al leninismo. También atendió una entrevista con la revista TIME y se reunió finalmente a puerta cerrada en el Institute for International Affairs y en la sede neoyorquina del CFR.
Con otras muchas preparaciones que no es necesario explicar, finalmente Felipe González ganó las elecciones en 1982 y Alfonso Guerra asistió a una reunión convocada por el European Management Forum, manifestando que el gobierno socialista iba a colaborar para que se implantaran en España las empresas multinacionales “por la confianza en el futuro de España que han demostrado en los tiempos difíciles”. Es decir, eran los que venían financiando al PSOE desde la clandestinidad y llegado su brazo ejecutor al gobierno iba a comenzar la labor que tenían encomendada.
Comienza el proceso de desindustrialización (reconversión industrial) de España
En mayo de ese mismo año Miguel Boyer, Fernández Ordóñez y Guillermo de la Dehesa (los máximos representantes del equipo económico del gobierno) realizaron un viaje a Nueva York para entrevistarse con varios dirigentes de la banca americana. En el curso de esa gira Miguel Boyer asistió a una cena convocada por el Metropolitan Club neoyorquino durante la cual se dirigió a los presidentes y directores de los principales bancos comerciales estadounidenses para transmitirles “el mensaje del Gobierno español, que es un gobierno socialista, pero moderado y pragmático, en la línea de la tradición socialdemócrata fabiana”.
En junio de 1983 Miguel Boyer se desplazó de nuevo a EEUU junto con Felipe González. En el curso de esa importante gira la delegación española se entrevistó con las más altas instancias politicas y económicas americanas, actuando David Rockefeller como introductor de González en la Century Association. En aquel viaje se remataron entre otras cosas los últimos retoques y el visto bueno definitivo de EEUU al proyecto económico socialista. Siempre dentro de un ambiente distendido por la excelente disposición del presidente español a los nuevos cambios que iban a “fomentar ante todo la inversión del capital extranjero en España como la mejor vía para su desarrollo económico”. También fue sometido a un último examen el plan de cuatro años de Boyer, cuyo elemento básico era la reconversión industrial según los designios de la CEE. En virtud de tales directrices España entraba en la calificación de nación semiperiférica, lo que suponía el desmantelamiento de su industria pesada y la consideración de ser apta únicamente para el desarrollo de industrias auxiliares y subsidiarias de las grandes multinacionales. Recuerden ahora cómo Kissinger ya decía tiempo atrás que España era “un país de excelentes camareros”. Pero la Comunidad Vasca jugó su papel defendiendo contra viento y marea un concierto económico excesivamente privilegiado, pero que permitía hacer competir con ciertas garantías a su tejido industrial en los mercados nacional e internacional.
Tras aquella visita crucial, de la que el órgano oficial del PSOE no se dio por enterado, resulta perfectamente lógico que otros viajes más discretos pasasen desapercibidos. Así, en septiembre de 1983 Fernado Morán acudió a la sede del CFR para contrastar la política exterior del Gobierno socialista. Durante los años sucesivos habrían de prodigarse las visitas al CFR y a otros foros americanos de los dos principales asesores de González: Roberto Dorado y Juan Antonio Yáñez. De esa forma le mantenían al corriente de los últimos designios trazados por los árbitros de la economía y la política internacional.
Como premio a la labor realizada, España recibe en gracia las Olimpiadas en Barcelona, la Expo en Sevilla y la capitalidad cultural de Madrid, todo ello en el año 1992. Eventos que en su conjunto provocaron gran entusiasmo en una población española ignorante de lo que ya se había cocido bajo sus pies, pero que hicieron explotar una exuberancia económica desmesurada con muy graves dislocaciones en la asignación del capital que aún quedaba disponible en la economía, rematando la faena iniciada años atrás y provocando finalmente la profunda recesión económica de 1993 y el tramo final del felipismo y el PSOE. Pues ya se había cumplido el objetivo de encauzar adecuadamente la transición.
La reforma del modelo educativo, pieza fundamental para rematar la faena
Finalmente destacar el cambio en los planes educativos realizado por Maravall y Solana. Poco hay que decir al respecto que ya no esté suficientemente explicado en otros sitios, excepto destacar una vez más el maravilloso libro La Escuela de la Ignorancia (1 y 2) y este artículo de Pérez Reverte: Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros -aquí matizaré ministros y ministras- de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera.
No quiero que acabe el mes sin mentaros -el tuteo es deliberado- a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía.
De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana -que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural-, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña.
Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al “retraso histórico”. O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que “el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien” y que éste no ha fracasado porque “es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad”, entre ellos el de que “los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms”. Con dos cojones.
Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente. Recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española. Deslumbrante, lo juro, eso de que “lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres”, aunque tampoco estuvo mal lo de “hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos”.
Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante.
Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil, que un malvado.
Aznar descubre que además de camareros en España hay también albañiles
Para que el voto no fuera a la derecha de continuo y dar cancha al socialismo, los técnicos anteriores subsidiaron adecuadamente Extremadura y Andalucía, convirtieron en feudos nacionalistas la derecha de Cataluña (CIU) y Euskadi (PNV) con un voto que valía el triple y finalmente crearon una mole mediática llamada Grupo Prisa. Pero como la situación era realmente grave y había que dar salida al relevo de gobernabilidad que en su día preparó Manuel Fraga, aparece en escena el 23 de octubre de 1989 el periódico El Mundo con un P. J. Ramírez que ventila con fuerza los famosos escándalos de corrupción hasta expulsar al PSOE del gobierno.
Cuando Aznar llega al poder se encuentra con la Seguridad Social quebrada y sin dinero para las pensiones. No le quedó más remedio que pedir dinero prestado incluso a El Corte Inglés. No es broma. Pero la senda ya estaba trazada y le habían avisado con una bomba de lo que podía suceder si se le ocurría salirse del camino y volver a industrializar el país.
El equipo económico se pone manos a la obra vendiendo, privatizando y repartiendo (o saqueando, como gusten) las joyas de la corona (para devolver las deudas contraídas) que ya había comenzado a liquidar Solbes. Estableciendo además una estricta disciplina fiscal para cumplir con los criterios de
entrada en el euro. La dócil opinión pública nacional ve como algo excelente perder su soberanía monetaria, mientras la banca bota de alegría y se frota con avaricia las manos porque van a poder prestar a Juan Español los ahorros de todos los europeos. A partir de ese momento se prepara la ruina definitiva de nuestro país cuando Aznar descubre que, además de camareros, en España hay en el paro un bonito ejército de albañiles en potencia y muchos emigrantes dispuestos a acercarse a nuestro nuevo El Dorado.
Se pone entonces en marcha y a gran velocidad la añeja oligarquía constructora nacional. Y por los excesos y la avaricia (nada mejor que poner al alcance del españolito medio dinero fresco para que ágil lo pueda robar) termina fraguándose la mayor burbuja económica de la historia de España y una de las más importantes de la historia mundial. El resto del asunto inmobiliario hasta llegar al extraño atentado de Atocha y el siguiente gobierno de Zapatero lo tienen muy bien explicado por Ricardo Vergés (
1,
2,
3,
4 y
5).
¿Qué viene a continuación?
A estas alturas del artículo podrá comprender, estimado lector, que las medidas que se deben acometer para enderezar la situación económica en España son de un profundo calado estructural. Pero intuirá fácilmente también que muchas de ellas nunca se podrán realizar, porque donde manda patrón no manda marinero. Es decir, no van a dejar que el país vuelva a industrializarse como antes, pero tampoco caben ya nuevas salidas laborales en falso para dar trabajo a más camareros y a más albañiles. En consecuencia sólo se podrá empobrecer aún más a la población mediante una salvaje reforma laboral y una acelerada devolución de la deuda pública primero y privada a continuación. Pero desarrollar esto último es ya a estas alturas completamente imposible. Esto es fácil de entender y se lo voy a explicar brevemente.
Redondeemos los cálculos y supongamos que la deuda total (pública más privada, etc.) de España es de un 400% del PIB, y el PIB es 100 unidades. Por lo tanto la deuda es de 400 unidades.